Este Principio no recomienda retroceder ante los pequeños inconvenientes, o los problemas con que tropezamos diariamente. Únicamente se retrocede, según explica el Principio, ante fuerzas irresistibles, tales que indudablemente nos sobrepasan al enfrentarlas. Retroceder ante las pequeñas dificultades debilita a la gente, la hace pusilánime y temerosa. No retroceder ante grandes fuerzas, hace a la gente proclive a todo tipo de fracasos y accidentes.
El problema aparece cuando no se sabe anticipadamente quién tiene más fuerza, si uno o la
dificultad. Eso habrá de comprobarse tomando pequeñas «muestras», haciendo pequeñas
confrontaciones que no comprometan totalmente la situación y que dejen espacio libre para cambiar de postura si ésta fuera insostenible. Antiguamente se hablaba de «prudencia», ésa era una idea muy próxima a la que estamos explicando. Pero hay otro punto: ¿cuándo avanzar? ¿En qué momento el inconveniente se ha reducido en fuerza, o bien, en qué momento hemos ganado nosotros en fuerza?
Vale la misma idea de tomar «muestras» cada tanto haciendo pequeños intentos, no definitivos.
Cuando la fuerza está a nuestro favor y el inconveniente se ha debilitado, el avance debe ser total.
Carabanchel, humanistas, no violencia, actividades, igualdad de oportunidades, cambio social y personal, no discriminación, trata a los demas como quieres que te traten, humanizar la tierra, coherencia, paz, fuerza, alegría
Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro
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