Una vez más, desde que se fundara en el año 1984, el Partido Humanista concurre a las próximas elecciones que se celebrarán el 28 de abril, allá donde ha conseguido los avales que exige la ley electoral, tras la reforma del año 2011. Con el eslogan ‘Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por encima de otro’, se sintetizan unas propuestas políticas y sociales que la formación ha defendido históricamente y que están orientadas a producir un verdadero cambio desde la metodología de la no violencia.
Vivimos en una época muy ruidosa. Los políticos gesticulan y teatralizan sus proclamas intentando destacar sobre el ruido de fondo. A menudo enfatizando en parcialidades que poco tienen que ver con los temas importantes para la mayoría de la gente. En muchos casos, machacando una y otra vez la mentira. Hasta que se convierte en “verdad”.
El vacío que deja la caída de un sistema fracasado intentan llenarlo con contenidos del pasado más tenebroso. Este proceso y estas fuerzas “antihumanistas” fueron definidas en el Documento del Movimiento Humanista: “a medida que las fuerzas que moviliza el gran capital van asfixiando a los pueblos, surgen posturas incoherentes que comienzan a fortalecerse al explotar ese malestar canalizándolo hacia falsos culpables. En la base de estos neofascismos está una profunda negación de los valores humanos”.
Es valiente lanzarse a sobrepasar los viejos modelos y no agarrarse a ellos ante el temor a lo desconocido. Es necesario abrir paso a lo nuevo, el ser humano ha crecido y los ropajes de ayer son hoy ataduras. Hoy, la única dirección coherente posible es revolucionar el mundo abriéndolo a las aspiraciones de la gran diversidad humana.
El Partido Humanista pone por delante la cuestión del trabajo frente al gran capital; la cuestión de la democracia real frente a la democracia formal; la cuestión de la descentralización, frente a la centralización; la cuestión de la antidiscriminación, frente a la discriminación; la cuestión de la libertad frente a la opresión; la cuestión del sentido de la vida, frente a la resignación, la complicidad y el absurdo.
Humanismo o antihumanismo. Será lo que la gente decida, no solo con el voto, también con nuestras acciones, proyectos y aspiraciones.
Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro. Vota Partido Humanista.
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