"Estamos
tal vez ante la mayor campaña de marketing para medicalizar a la infancia de la
historia de la humanidad. Dentro de unos lustros o unas décadas
empezaremos a preocuparnos por las enfermedades generadas por haber
sobremedicado a la infancia y a ver quien entonces se pone las pilas
para poder desandar todo lo andado"
Miguel Jara
es escritor y periodista de investigación en temas de salud y de ecología.
Autor de varios libros en los que denuncia las prácticas de la industria
famacéutica, (“Traficantes de
salud. Cómo nos venden medicamentos peligrosos y juegan con la enfermedad”.
Icaria Editorial, 2007) El equipo de Humanistas de Carabanchel le ha entrevistado en el
marco de la elaboración de un documental sobre el TDAH y los psicofármacos.
Transcribimos aquí el texto completo de su entrevista por su elevado interés
para esclarecer los temas que nos preocupan.
Miguel,
gracias por dedicarnos tu tiempo para explicar lo que piensas sobre el TDAH
(Trastorno de Déficit de Atención y/o Hiperactividad), la industria
farmacéutica y el incremento de diagnósticos que se está produciendo en todo el
mundo. ¿En primer lugar, después de todas tus investigaciones, qué piensas
respecto a este trastorno?
Lo que creo es
que el TDAH es un concepto inventado por los laboratorios, y digo el
concepto, no tanto la enfermedad: niños con las características que
cumplen los niños que son diagnosticados de TDAH existen, de eso no
hay duda, pero también se corresponden los síntomas con los de chavales que
están enfermos por intoxicaciones por productos químicos tóxicos.
No dudo que
algo esté pasando en una parte minoritaria de la infancia, pero eso ha
sido aprovechada y no es la primera vez que lo hacen los laboratorios
farmacéuticos, para desarrollar un concepto y de ahí desarrollar guías
especializadas, políticas educativas institucionales, desarrollar
fármacos, tests de diagnósticos, y abrir todo un mercado en torno a una
enfermedad alrededor de ese concepto que la industria farmacéutica ha creado.
¿Puedes
explicar y detallar un poco como ha actuado y actúa la industria farmacéutica
en este trastorno?
No es fácil
sistematizarlo y sintetizarlo en unas en unas palabras. Básicamante utilizan la
estrategia del miedo y la de hacer lobby. La creación y el tráfico de
enfermedades los anglosajones lo llaman “diseases
mongering” (promoción de
enfermedades). El caso del TDAH es de manual a ese respecto. ¿Cómo se
crea el concepto?, el concepto se crea a través de los psiquiatras. El
concepto nace hace un montón de años, inserto en lo que se llama la Biblia de la Psiquiatría ,
el DSM, Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales. Una serie de
psiquiatras que cada varios años se reúnen para definir cuales son las nuevas
enfermedades mentales que hay que incluir en el DSM, que lleva ya 5 ediciones.
Y no se trata de juzgar el trabajo de los psiquiatras pero se han publicado en
revistas científicas los conflictos de intereses que tienen, es decir,
que relación han tenido y tienen con laboratorios interesados en que haya una
enfermedad que se llama TDAH y en vender unos medicamentos para ese
trastorno. Y la absoluta mayoría, por no decir que prácticamente
todos los psiquiatras que han participado en el diseño y desarrollo de los
últimos libros de psiquiatría DSM, tienen conflictos de intereses con los
laboratorios.
A eso me refiero
con cómo se diseña el concepto, se difunde y se expande, porque solo el hecho
de figurar en un manual de color rojo enorme, que todos los psiquiatras
exhiben en su mesa de consulta es el mayor impulso que se le puede dar a una
enfermedad.
Además la industria
trabaja con muchos médicos, dando conferencias, organizando congresos de
psiquiatría sobre la enfermedad y elaborando guías clínicas sobre cómo tratar a
los posibles enfermos. Son fundamentales estas guías, donde se define como hay que actuar cuando un
niño llega a una consulta y puede ser un TDAH. Claro que estas guías también están cargadas de conflictos de
intereses en las personas que las hacen. Luego, cada vez que hay un nuevo
medicamento en el mercado, la industria interesada en expandir el
conocimiento sobre ese medicamento manda a las consultas médicas a centenares
de visitadores médicos que explican a los médicos la novedad. Esto se
hace con todas las enfermedades. Es como un manual de ventas.
Muy importante
también para extender el conocimiento de una nueva enfermedad o un nuevo
concepto, síndrome o diagnóstico es financiar a asociaciones de pacientes o de
afectados. Es fundamental, porque los grandes prescriptores en la
sociedad son los médicos, pero también las personas que ya tienen esa
enfermedad. A esas asociaciones puede acudir un padre preocupado, que
sospecha que algo le puede pasar a su hijo y le van a dar la información, pero
la información, que a veces que es independiente, otras veces es sesgada,
dado que esas asociaciones reciben financiación de los laboratorios, para
editar un boletín, para hacer una página web, para organizar un congreso
o directamente.
También hay
“lobby” puro y duro en la política. Con el tema del TDAH, sabemos que algunos
laboratorios interesados en impulsar el consumo de medicamentos para los niños
tienen reuniones con políticos, con altos cargos, con sus partidos,
y que en el Congreso de los Diputados están impulsando mociones y
normativas tendentes a beneficiar a los laboratorios, aunque se hace con
un barniz de preocupación por la infancia o de preocupación por la educación.
Un ejemplo
concreto de lo que he explicado
seria el plan PANDAH, que si os fijáis es muy “marketiniano”, tiene
mucho que ver con el marketing, desde su propio nombre, ¿a qué niño no le
gustan los osos panda?. Desde las propias siglas de esta iniciativa se
busca esa connivencia con la infancia. Es un plan que está diseñado
y financiado por los laboratorios Shire, uno de los que venden el tratamiento
más moderno para el TDAH, hecho a base
de metilfenidato, que es la principal línea de tratamiento elegida por los
laboratorios para tratar la hiperactividad y el trastorno de atención.
Colaboran, de manera perversa creo, con una federación de asociaciones
de afectados por esta enfermedad, que recibe subvención también de los
laboratorios para dar a conocer la enfermedad.
Supongo que
esas personas actuarán con un buen interés hacia los niños pero no me parece
muy legítimo que trabajen de la mano de los laboratorios. Una de las
características de PANDAH es que intenta transmitir los valores, la línea
editorial del propio laboratorio y llega a ser muy agresivo en algunas de las
de las frases con las que explican este proyecto. En este plan se
pretende conseguir que los educadores y los padres sepan detectar por ellos
mismos cuando un niño es diagnosticable de síndrome de déficit de atención e
hiperactividad. Digamos que es una manera de formar a la sociedad. El
plan viene directamente pagado y diseñado por un laboratorio para que ya desde
la escuela y desde el hogar familiar se
facilite al médico el diagnóstico. Por supuesto también va dirigido a médicos y
a responsables políticos. Es una estrategia
muy inteligente, pero desde mi punto de vista de periodista especializado en
esos temas, hay que destapar y difundir cuál es el origen perverso de este
plan.
¿Que
reacciones has visto en los padres y madres el enfrentarse a un diagnóstico de
un trastorno tan controvertido como el TDAH?
A lo largo
estoy de estos 7 o 8 últimos años en los que tengo conocimiento de lo que es el
déficit de atención y la hiperactividad he conocido muchos padres y muchos niños y hay todo tipo de actitudes.
He encontrado
padres que tienen una fe ciega en la hiperactividad como enfermedad. La consideran
algo sólido y de lo que no se puede dudar, defienden a capa y espada la
medicación, una medicación peligrosa que puede crear adicción, con muy graves
reacciones adversas y muy poca efectividad. Pero ellos creen ciegamente en esa
enfermedad, en su diagnóstico, en sus médicos y en el tratamiento.
Luego he
encontrado padres que para nada creen que el TDAH sea una enfermedad, y
directamente afirman que ha sido inventada por los laboratorios. La línea que
apuntan es que la clave de estos síntomas está en los problemas sociales, en
una sociedad compleja y muy hiperactiva y ansiosa estructuralmente. Estos
problemas sociales dejan huella indudablemente en la infancia y los síntomas de
la infancia reflejan un problema social, educativo y familiar más que
sanitario.
Muchos padres,
hay que entenderlo, cuando un hijo se comporta de una manera muy acelerada y
muy activa, se ponen nerviosos, es una novedad enorme para ellos, muy
estresante, una carga de trabajo adicional y optan por esa primera vía de
la medicación. Quizá había que buscar un poco más las causas, pero entiendo de
alguna manera también a esos padres porque es verdad que hay situaciones muy
incontrolables. Pero yo creo en la línea crítica, la de los que
defendemos una crítica a la industria, al concepto desarrollado por la misma, a
las estrategias de marketing del miedo, de meter miedo a los padres con lo que
puede pasar. Recuerdo que en el PANDAH
se dice que un niño que merezca el diagnóstico de hiperactivo y no sea tratado
co la medicación, tendrá muchas posibilidades de convertirse a futuro en un delincuente o un depravado sexual. Es una
manera premeditada de meterle miedo a la población, de aprovecharse de los
sentimientos de los padres. Lo que les faltaba, cuando están preocupados porque
su hijo es muy movido, es que alguien les meta miedo por lo que puede pasar en
el futuro. Y todo con la intención de elaborar un diagnóstico que lleve al
consumo de un medicamento.
Miguel
llevas muchos años denunciando en sus libros y en diversos medios de
comunicación las prácticas de la industria farmacéutica. ¿Cómo se puede plantar
cara a esta situación?
Es verdad que
convendría alguna manera plantar cara a esta presión industrial e institucional
tan grande, y por otra parte es difícil, porque como he explicado, hay mucho
dinero en juego, invertido en expandir el conocimiento de la enfermedad,
su diagnóstico y sus tratamientos. Creo que una de las de las grandes armas que
tenemos los seres humanos es la información. Soy periodista de investigación
y análisis, de juntar datos y exponerlos, convencido de que la buena
información si puede cambiar a las personas y además las personas cuando tienen
un problema grave, que les preocupa, que les genera una gran ansiedad, como
tener un hijo al que no sabes muy bien que está pasando, se hacen más sensibles
a la buena información.
También existe
un frente crítico, no tan organizado, pero que está contando cada vez con más padres y madres, familias,
educadores, personas comprometidas socialmente, científicos, médicos,
farmacéuticos, etc. Son personas que están concienciadas y están concienciando
a otras sobre que esta situación, aunque pudiera tener una base, una pequeña
base real, no deja de ser una manera de abrir mercados por parte de la
industria por intereses propios y
pecuniarios.
Creo que la
manera de ayudar a que las personas se organicen sería difundir una información
crítica, honesta, veraz y científica sobre lo que está ocurriendo. Además es
importante que las asociaciones mas independientes dentro de la medicina, que
las hay, o las de padres de los colegios o de familias afectadas que se
consideren independientes interactúen para emitir también sus comunicados, sus
propias guías e informar sobre las decisiones que se deben tomar, cuando se
perciben las enormes presiones comerciales que hay detrás del concepto del
TDAH.
La estrategia
comercial de los laboratorios está poniendo en riesgo a las futuras
generaciones. Las principales drogas que se están utilizando para tratar a los
niños son poco eficaces, peligrosas y tienen graves efectos secundarios
que no han sido comprobados a largo plazo. Medicar niños hoy puede causar
nuevos problemas y nuevas epidemias en el futuro.
¿Quieres
añadir algo más sobre intereses que están favoreciendo la expansión del
diagnóstico del TDAH?
Creo que hay
que hacer un examen crítico de conciencia, yo cargo mucho las tintas en los
laboratorios, pero también otras responsabilidades que he dejado caer. A
mi me llama mucho la atención que haya médicos que cobran de las farmacéuticas,
aunque hay que señalar que también hay médicos críticos y muy buenos
escribiendo críticamente sobre el TDAH. También me llama mucho la
atención como en las escuelas se está fomentando el diagnóstico. Alguien está
consiguiendo poner de moda que los profesores estén especialmente pendientes de
los niños que se mueven “demasiado”, y digamos que llegan a hacer un
pre-diagnóstico. Esto no se da en todas las enfermedades. Muchas veces
los niños llegan a las consultas médicas
pre-diagnosticados por sus profesores. Los padres también claro, como
oveja al matadero, porque si el profesor que está viendo al niño 4 o 5 horas
todos los días empieza a decir que está muy movido, o que no presta atención…Da
igual si el niño tiene a lo mejor un coeficiente intelectual mas elevado o
tiene ambiciones en la vida ya de pequeño y tenemos ahí una joya. Repito que se
está haciendo un mal uso del concepto, que no es nada claro y que ha sido
desarrollado por los laboratorios.
Muchos
escalafones de la sociedad están colaborando, desde familias que entran en el
juego, desde mi punto de vista, de manera acrítica, a los propios profesores,
médicos, y políticos, que lo que quieren es llevarse bien con las grandes
federaciones y asociaciones de pacientes, supongo que para recolectar el voto y
no se plantean de una manera más profunda y mas crítica todo esto. No son solo
los laboratorios. Los laboratorios son los que mueven los hilos, son los
que tiran la piedra, esconden la mano y
parece que los mecanismos que rodean a los niños funcionen sin que nadie
tenga que decirles nada.
En síntesis,
creo que el TDAH es una enfermedad que tiene un marketing brutal, de manual. Estamos tal vez ante la mayor
campaña de marketing para medicalizar a la infancia de la historia de la
humanidad. Los efectos desgraciadamente van a ser grandes y vamos a tardar
tiempo en comprobarlo. Dentro de unos lustros o unas décadas empezaremos a
preocuparnos por las enfermedades generadas por haber sobremedicado a la
infancia y a ver entonces quien se pone las pilas para poder desandar
todo lo andado .
www.migueljara.com
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