Nuevamente el mundo está en vilo por la irracionalidad beligerante
de los Estados y de sus clases dirigentes y los humanistas alzamos
nuestra voz para condenar con la mayor energía a quienes menosprecian la
vida, o la posponen ante otros valores.
El cuadro de situación que ofrece hoy la política internacional es
desolador. Estados Unidos de Norteamérica y los países integrantes de la
OTAN, la mayor fuerza bélica unilateral, deberían comprender que la
distorsión que significa ser los máximos promotores de guerra -con el
pretexto que sea, es lo que indican los hechos- tiene consecuencias que
van más allá de cualquier previsión. Otras grandes potencias, como Rusia
y China no están haciendo los esfuerzos necesarios para concretar la
paz y no vacilan en vender armas y dar apoyo diplomático a quienes
consideran sus aliados al ser opositores a sus enemigos. Finalmente,
pequeños Estados -como es el caso de Corea del Norte- privilegian el
armamentismo y la prevalencia de una casta militar por encima del
bienestar de sus pueblos y toman decisiones de las cuales es difícil
volver atrás. En consecuencia, la ambición imperial de unos, los
negocios bélicos por parte de otros y las reivindicaciones nacionalistas
de terceros dan por resultado una situación de enorme peligro real que
angustia a las poblaciones y paraliza los esfuerzos por buscar el
desarrollo de las enormes potencialidades de los seres humanos.
Hacemos un llamado a la República Popular Democrática de Corea para
que retome el camino de la diplomacia haciendo vacío a las provocaciones
provenientes de los EEUU y de la República de Corea a la par que
instamos a los Estados Unidos a que cesen maniobras militares y retiren
las bases y tropas con las cuales amenazan a Corea del Norte y al Asia
en su conjunto. Cada país debe asumir sus responsabilidades y cesar en
sus “juegos de guerra”.
Los humanistas estamos convencidos de que la paciencia de los pueblos
tiene un límite y que la humanidad no soportará otro holocausto. Esta
es la ocasión para que cada ciudadano se convierta en un actor, en un
agente, en un protagonista de la paz y dedique sus mejores esfuerzos a
esclarecer a la legión de despistados acerca de la inconveniencia de las
guerras, del armamentismo y del gasto militar. Este es un compromiso
mundial, pero más que de los gobiernos -de quienes poco esperamos- lo
es de los pueblos movilizados por sus mejores aspiraciones.
Nuestro clamor es a favor de la paz en el mundo; pero no es un pedido
ni un ruego: es un compromiso de acción al que nos debemos sumar todos
los seres humanos de buena voluntad.
Partido Humanista Internacional (Federación mundial de Partidos Humanistas)
Carabanchel, humanistas, no violencia, actividades, igualdad de oportunidades, cambio social y personal, no discriminación, trata a los demas como quieres que te traten, humanizar la tierra, coherencia, paz, fuerza, alegría
Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro
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