Esta sencilla pero redonda frase que este inspirado vecino de
Carabanchel ha colgado en su balcón podría ser el referente para el
mundo al que queremos dirigirnos todos los que aspiramos a un mundo
mejor y nos interesa saber como será y como acercar ese mundo nuevo.
Los momentos históricos tienen sus paradigmas y sus creencias
básicas, que pesan decisivamente en las decisiones de personas y grupos
humanos. En la etapa que hemos vivido en las últimas décadas bien
podríamos resumirla en “El dinero lo es todo”. De ahí
se derivan el poder de los bancos, la explotación de los trabajadores,
la concepción de la salud o la educación como negocios, el uso de la
violencia para conseguir la riqueza, etc. etc.
Tanto esta sentencia como la primera fueron enunciadas por Silo en el “Documento del Movimiento Humanista”, en 1996.
No hace falta describir que significado y que consecuencias tiene el
creer que “El dinero lo es todo”, puesto que ya lo estamos viviendo,
pero podemos intentar describir que significa que “No habrá progreso si
no es de todos y para todos.”
Podríamos concretarlo en reconocer a cada persona, por el mero hecho
de haber nacido, el derecho a la educación y a la salud, a la
protección de la seguridad social, y a tener aseguradas sus necesidades
vitales básicas. Independientemente de su raza, sexo, edad,
nacionalidad, etc. Hoy existen los medios tecnológicos y económicos para
que esto se haga realidad, y si no se hace es simplemente porque no es
ésa la dirección que marcan los poderosos.
Por tanto esto significa una revolución y un cambio radical de
dirección en el sistema, que no solo es posible, es también necesario.
La dirección actual lleva a un caos destructivo causado por las propias
contradicciones del sistema. Es evidente que los medios de comunicación y
los poderes fácticos intentan manipular la imagen del futuro y prometen
mejoras a cambio de los sacrificios actuales, pero en el momento actual
las mayorías han dejado de creer en sus promesas y la ola de protestas y
demandas de cambios reales se han desatado simultáneamente en diversos
puntos. La respuesta del poder ha sido reprimir y criminalizar con
violencia a los que reclamaban. Pero con su reacción contribuyen a
crear mas caos y confusión y a acelerar el proceso que lleva a su
propio colapso.
Es como si estuviéramos en un tren que marcha cuesta abajo y sin
frenos en el que todos somos pasajeros y cuya dirección fue determinada
hace tiempo. Las estaciones anunciadas de antemano son el Desempleo
masivo, la Represión, los Desastres ecológicos y Guerras, hasta que
descarrile el tren.
Así se presenta esta disyuntiva: Caos destructivo o revolución. O
seguimos a expensas del proceso deshumanizante de acumulación del
capital y expolio de recursos y poblaciones, o abrimos el sistema a las
aspiraciones y necesidades de la mayoría de oprimidos sin excepción.
Las protestas, revueltas o intentos de transformar la sociedad no
irán muy lejos si no se apunta al nuevo paradigma, a considerar al ser
humano como valor central por encima del Estado, del dinero, de la
producción o de cualquier otra consideración.
Y en las circunstancias actuales, la revolución significa priorizar
absolutamente una salud y una educación públicas y universales frente a
la desigualdad actual, devolver al todo social el poder de decisión que
le ha sido negado, hasta construir una democracia real basada en las
unidades vecinales, equilibrar la relación entre capital y trabajo
mediante la participación de los trabajadores en las decisiones
importantes de la empresa y la creación de bancos públicos sin intereses
que eliminen la especulación y la usura del capital financiero que se
adueña de personas, empresas y países
Pero la revolución a que aspiramos no será un proceso mecánico sino
basado en la capacidad de elegir de la conciencia humana capaz de
imaginar que somos capaces de construir otro mundo en el que sí queremos
vivir. En esto consiste precisamente nuestra libertad, en elegir entre
condiciones, y es desde ahí que podemos empezar a construirlo. En esa
íntima elección comienza el cambio.
Síntesis en base a intercambios sobre la carta 7, Cartas a mis amigos, Silo
Partido Humanista. Equipo base de Carabanchel
Carabanchel, humanistas, no violencia, actividades, igualdad de oportunidades, cambio social y personal, no discriminación, trata a los demas como quieres que te traten, humanizar la tierra, coherencia, paz, fuerza, alegría
Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro
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