En los antiguos
mitos griegos a los solsticios se le llamaban puertas, la puerta de los
hombres correspondía al solsticio de
verano y la de los Dioses al solsticio de invierno.
Para los chinos el Yin Yang, es la
representación de la energía, y no deja de ser una representación de la
naturaleza, el punto máximo de luz es el solsticio de verano y es el punto de
máximo yang, al que se asocia el calor, la actividad, la expansión, la plenitud
y el fuego.
Los mayas veneraban cada cambio de ciclo. Una amiga contaba que, como tradición, el día del solsticio, la gente acude vestida de blanco a los sitios arqueológicos mayas, porque tiene la creencia de que absorben energía positiva que les fortalece y renueva.
Desde hace mucho tiempo los humanistas acostumbramos a
celebrar las estacionales. Para nosotros, igual que para las distintas
culturas, la estacional no solo representa
el cambio de estación, es un momento para hacer balance de nuestras actividades
y proyectar nuestro trabajo para los próximos meses.
Nuestros parques, construidos por nosotros mismos
pensando en esta generación y en las
próximas generaciones, son espacios abiertos de estudio y reflexión para
profundizar en nosotros mismos y favorecer el afecto, la no discriminación y la
reciprocidad en el trato con los demás.
Aspiramos a que desde ellos surjan los mejores
sentimientos en uno y fuera de uno, que nos ayuden a profundizar en lo mas
sagrado de los otros y de nosotros mismos.
La situación actual del mundo, cada vez más turbulento y aturdido, hace que nuestros Parques, como remanso inspirador, sean más necesarios que nunca.
Desde hace muchos años venimos hablando de la situación de crisis que se estaba gestando y hoy los tiempos nos están dando la razón. Esta crisis más que del sistema es de las personas, del sistema de creencias y valores.
Nosotros buscamos la recomposición del tejido social a nuestro alrededor y también la construcción de un nuevo paisaje en nuestro interior.
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