jueves, 7 de junio de 2012

Queremos un mundo nuevo, ¡¡Desarmemos el sistema!!


En un mundo donde el dinero es el valor central, la guerra es un gran negocio. Es la cara más cruel de un sistema que se sustenta en la violencia y obtiene beneficios económicos a costa del sufrimiento humano.

Las múltiples ramificaciones de la industria militar, así como la banca y los gobiernos forman parte de este juego monstruoso que nos afecta a todos. Mediante el discurso de la creación de puestos de trabajo, la promesa de seguridad o los compromisos con supuestos aliados internacionales, los gobiernos chantajean a las poblaciones. Ante este aparente beneficio, muchos miran hacia otro lado, convirtiéndose con su pasividad en partícipes de la inmoral maquinaria del sistema.

Sin embargo, sea cual sea la situación económica, no haremos cualquier cosa por dinero.
Desarmar el sistema no sólo significa parar la principal fábrica de sufrimiento: también significa cambiar el sistema de valores. Trabajar por el desarme tiene sentido personal porque pone por delante la propia coherencia personal que se niega a ser cómplice de la violencia; y tiene sentido social porque cambia su dirección destructiva.

Un pueblo que se niega a participar en este negocio está desarmando el sistema de raíz. Esa elección modificará muchas otras acciones hacia la generosidad y la no-violencia. Y un mundo nuevo empezará a surgir.  La esperanza de este mundo nuevo está en las manos de las mujeres y hombres valientes.

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