PRACTICAS SICOFISICAS
La gimnasia sicofísica lleva al
aumento del dominio sobre sí mismo en la vida diaria. Es un sistema de
prácticas de autocontrol y desarrollo integral. Tiende a restablecer el
equilibrio entre mente y cuerpo.
Hablar
de salud y fortaleza en el mejor de los sentidos, es hablar de equilibrio. Para
lograr esto, nada mejor que ejercitar al cuerpo y a la mente de modo
simultáneo.
Estos
trabajos no tienden a lograr un mayor desarrollo muscular, un aumento de
la resistencia o
agilidad corporal, como en
general si hacen el deporte y la gimnasia. Tampoco son técnicas modeladoras
corporales.
Los presentes ejercicios permiten al
practicante, mediante un sistema de test, comprender sus puntos de autodominio
más débiles. De este modo, si bien habrá de realizar todas las técnicas
propuestas, extraerá de ellas las que resulten de más difícil ejecución hasta lograr su dominio. He aquí el punto de
mayor importancia.
Recomendaciones.
1.
Realice los trabajos acompañado de otras personas.
2. Perfeccione las técnicas que haya
seleccionado como de más difícil ejecución y abóquese a ellas individualmente y
en momentos oportunos de la vida diaria. Cuando conozca los ejercicios,
comprenderá cuáles pueden ser esos momentos.
3.
Lleve en un cuaderno de notas todas sus
observaciones lección por lección.
LECCION 1
Posiciones corporales y estados
mentales.
Si
ha observado las posturas de una persona deprimida y de otra alegre,
comprenderá rápidamente la relación entre posiciones y estados mentales. Pero
he aquí un punto de máximo interés: así como el estado mental lleva al cuerpo a
posturas determinadas, la posición corporal induce estados mentales. A este
fenómeno lo estudiamos desde otro ángulo, en Relajación.
Distinguimos
dos fenómenos en cuanto a posiciones corporales: 1°. los estáticos (más generales):
de pie, sentado, acostado; 2°. los dinámicos (más generales): avances,
retrocesos, inclinaciones, cambios de marcha y movimientos de transición.
Serie 1. Estática corporal.
B. Póngase de pie, como
habitualmente lo hace. Imagine una línea que pasa verticalmente desde la cabeza
hasta el suelo. Comprenderá de inmediato si su cabeza está mal colocada, si el
pecho está hundido, el abdomen fuera de sitio, o el bajo vientre escondido (y
por tanto, los glúteos fuera de línea). No trate de corregir las malas
posiciones. Simplemente, tenga noción de ellas y memorice bien sus detalles.
Posteriormente, dibuje en el
cuaderno, y tal cual la imagina, su silueta vista de perfil. Marque los puntos
incorrectamente emplazados y comprenda qué debe corregir. Ahora hágalo: de pie
corrija todos los defectos. Verá que esto no es fácil ya que durante años ha
formado malos hábitos en sus posiciones.
Cuando
crea haber adoptado la posición correcta, colóquese de pie tratando de pegar
sus talones y espalda contra una pared. Observe y siga corrigiendo.
B.
Siéntese en una silla como lo hace habitualmente. Recurra a la línea imaginaria
y tenga noción de los errores de posición. Ahora corrija.
Por último, pegue los glúteos y la
espalda en el respaldo de su silla. Repita varias veces.
C.
Recuéstese. Afloje los músculos. Observe qué partes del cuerpo quedan en mala
posición o crean fuertes tensiones. Ponga atención en la posición de su cabeza
y espalda. Corrija. Repita varias veces.
Serie 2. Dinámica corporal.
A.
Camine como lo hace habitualmente. Observe los errores de posición. Camine
luego, tratando de mantener la postura correcta que fijó en el ejercicio
anterior.
B.
Camine, siéntese y levántese nuevamente, para retomar el andar. Haga todo eso
como acostumbra. Efectúe las mismas operaciones pero en base a las correcciones
del caso.
C. Manteniendo la postura adecuada,
abra y cierre una puerta. Observe si se "sale" de las posturas
correctas. Repita varias veces.
D.
Camine. Inclínese para tomar un objeto del suelo. Camine. Vuelva a inclinarse
para dejar el objeto. Observe si se "sale" de las posturas correctas.
Repita varias veces.
E.
Camine y luego salude a los partícipes. Converse brevemente con ellos. Camine
nuevamente. Observe en qué momentos se "sale" de las posturas
correctas. Repita varias veces.
Recomience
la lección y efectúe de nuevo lo propuesto en las series 1 y 2. Tome nota de sus observaciones. Llegue
a un acuerdo con los otros partícipes, en el sentido de corregirse mutuamente
en las futuras lecciones, cuando se observe en cualquiera malas posturas.
Importante:
Propóngase aplicar sus resoluciones en la vida
diaria hasta la próxima reunión.
LECCION 2
Trabajo de los centros. Tipos
humanos. Centro vegetativo.
Cuando
una persona sufre cambios emotivos, muchas cosas se alteran en su interior,
entre otras, su respiración. Cuando alguien se emociona, el corazón se agita y
la respiración se hace alta, la voz se entrecorta y también muestra cambios de
tono.
Ciertos estados internos, así como
están ligados a posturas corporales, también lo están a formas respiratorias
definidas.
Algunos
individuos que conocen estas relaciones, logran modificar sus estados de
ánimo negativos, asumiendo posturas adecuadas
o cambiando la forma respiratoria. No debe creerse que esas modificaciones se
logran instantáneamente. Todo sucede con un "retardo" de algunos
minutos... Expliquemos esto.
Si por alguna circunstancia, mi
estado emotivo es malo, esto llevará a que mis ideas se confundan, mis posturas
se hagan incorrectas y mi respiración sea deficiente. Puedo colocarme y hechar
a andar, según posturas corregidas que ya conozca. No obstante, el mal estado
mantendrá su inercia por un tiempo. Ahora bien, si mantengo la actitud corporal
adecuada, podré comprobar que a los pocos minutos, mi estado de ánimo empieza a
variar favorablemente.
Otro
tanto sucederá si controlo mi forma respiratoria. Previamente, sin embargo,
tendré que observar mi forma habitual y aprender a modificarla.
Se comprenderá más adelante que,
colocándose en las correctas posturas y manejando un buen sistema respiratorio,
las actividades intelectuales, emotivas y motrices, comienzan a desplegarse
equilibradamente. Este es, sin duda, un gran recurso, pero que requiere de
algunas explicaciones.
En
general, decimos que las actividades humanas están reguladas por centros
nerviosos y glandulares. Así, distinguimos:
A.
Centro intelectual: regula la elaboración de respuestas pensadas, la
relación entre estímulos distintos, la relación de datos y el aprendizaje.
B. Centro emotivo: regula los sentimientos y
emociones como respuestas a fenómenos internos y externos.
C. Centro motriz: regula la movilidad del individuo
y las operaciones corporales.
D. Centro vegetativo: regula la actividad interna del
cuerpo.
Los
centros trabajan con velocidad diferente, siendo el más lento el intelectual y
el más veloz el vegetativo. En general, un cambio vegetativo modifica el
funcionamiento de los otros centros que responderán a ese cambio con un poco
más de lentitud.
También actuando sobre el centro
motriz, puede modificarse las actividades emotiva e intelectual.
Cuando
hablamos de corrección de posturas corporales nos apoyamos en ese hecho.
Cuando, en cambio, hablamos de formas respiratorias adecuadas, nos apoyamos en
el centro vegetativo, para que éste modifique la actividad de los otros
centros.
Cada
persona tiende a trabajar más con un centro que con los otros: por ello se
puede hablar de tipos humanos intelectuales, emotivos, motrices y vegetativos
(o instintivos).
Con
los presentes trabajos, queremos lograr que todos los centros hagan su
ejercicio. Partiendo del centro vegetativo , lección por lección,
iremos poniendo en marcha a todos los otros. Cada estudiante podrá entonces,
comprender cuáles son los menos controlados por él y por tanto, sobre ellos
habrá de trabajar con mayor empeño.
Serie 3. Centro vegetativo.
Respiración completa.
Siéntese
correctamente en una silla. Cierre los párpados y afloje los músculos lo mejor
que pueda. Expulse todo el aire sin forzamientos. Luego saque, expanda la
barriga y, en esa postura, comience a aspirar el aire, procurando que la
sensación sea la de "llenar la barriga". Conserve el aire unos
instantes y expúlselo. A esta parte del ejercicio, se la llama
"respiración baja".
Una
vez dominadas las operaciones anteriores, pase desde la aspiración baja a
entrar el vientre, con lo que obtendrá la sensación de que el aire sube al
pecho (esto se refuerza dilatando la caja torácica, al empujar los hombros
hacia atrás). Conserve el aire unos instantes y expúlselo. A esta parte del
ejercicio se la llama "respiración media".
Finalmente, desde la barriga hasta
el pecho y desde allí hacia la parte alta del mismo, y hacia la garganta (esto
se refuerza bajando los hombros y estirando levemente el cuello). A esta parte
del ejercicio, se la llama "respiración alta".
Haga
ahora el ciclo completo de la respiración baja, media y alta con la misma
aspiración, lanzando el aire viciado al final del ejercicio.
Sintetizando:
Sentado correctamente cierre los
párpados y afloje los músculos, luego siga esta secuencia: expulsión del aire;
dilatación de la barriga; entrada baja del aire; subida hacia el centro del
pecho; subida a la parte alta; expulsión.
Al
principio, el ejercicio es discontinuo, pero con la repetición se va logrando
un ciclo armónico y continuado de entrada y salida de aire en los tres niveles
de los pulmones, que han trabajado íntegramente al concluir la práctica.
Cuide
que la respiración completa sea cada vez más suave, hasta que elimine todo
esfuerzo en su ejecución.
Importante:
Practique varias veces la respiración completa. Tome nota de sus dificultades y
propóngase trabajar el ejercicio en dos o tres momentos del día, hasta la
próxima lección. De acuerdo a los resultados obtenidos, verá si utiliza esta
forma respiratoria como ejercicio diario en el futuro, o si lo hace cuando
desee equilibrar su estado corporal y mental.
LECCION 3
Centros, partes y sub partes. Centro
motriz.
Veamos
cómo funcionan los distintos aspectos, las distintas "partes" de su
centro motriz. Pero antes, demos un esquema general de los centros para que
tenga una comprensión más clara de nuestro sistema de prácticas. Ya hemos
tocado globalmente al centro motriz, al corregir la estática y dinámica
corporales (series 1 y 2).
También, en general, hemos trabajado
el "tono" vegetativo, mediante la respiración completa. Con respecto
a este centro, no realizaremos ninguna otra práctica ya que el sistema general
de este, es involuntario. Comprendemos el metabolismo, la recomposición
orgánica, el rechazo por ciertas sustancias, el crecimiento, etc., como
funcionamientos no voluntarios del centro vegetativo.
Para
completar el esquema de los centros, digamos que así como cada uno admite
"partes", cada una de ellas comprende a "sub-partes".
Daremos un solo ejemplo. Para ello tomaremos al centro intelectual.
Si,
por ejemplo, imaginamos una casa y la imagen de la casa es débil (no tiene
"brillo"), es porque falta ejercicio en el elevador de la motricidad
del intelecto.
Ahora bien, si el "brillo"
es bueno, pero la imagen de la casa aparece y desaparece, decimos que falla el
mantenimiento, la conservación de la imagen que, se supone, debe quedar fija.
En tal caso, el adhesor de la motricidad del intelecto, es el que requiere
trabajo.
Por último, si al querer evocar la
imagen de la casa aparece otra imagen, o bien la casa se confunde con otro
objeto, decimos que falta trabajo en el selector de la motricidad del intelecto.
La
corrección de esas fallas (que en realidad se producen por falta de ejercicio),
se efectúa repitiendo a intervalos regulares el mismo ejercicio que sirvió de
test, pero ahora con el objeto de hacer trabajar de un modo sostenido esa parte
o sub-parte, hasta que adquiera nuevos hábitos.
Este
esquema de las sub-partes puede ser aplicado a todos los centros (con la
adecuación de cada caso), pero los ejercicios presentes trabajan simplemente a
nivel de partes.
Serie 4. Parte motriz del centro motriz
A. Hágase lanzar desde corta
distancia y con poca fuerza, una pelota muelle. Esquive. Pida que se repita la
operación, aumentando la velocidad. Observe su velocidad y precisión en el
esquive. Tome nota del manejo de sus reflejos.
B.
Siéntese en el piso. Pida a otro
partícipe, colocado atrás suyo, que en cualquier momento dé una fuerte
palmada. Responda al ruido súbito, poniéndose en pie lo más rápidamente que
pueda. Repita. Tome nota de su velocidad de respuesta.
C.
Colóquese en posición de iniciar una carrera (agachado: una pierna flexionada,
la otra más atrás y estirada, las manos en el suelo). Responda a la palmada de
su colaborador lo más velozmente posible, realizando el "arranque"
solamente, ya que no se trata de salir corriendo. Repita. Tome nota de su
velocidad de respuesta.
D.
De pie, cierre los ojos. Avance el pie izquierdo con respecto al derecho, de
tal maneras que el talón del primero toque la punta del segundo. Repita la
misma operación con el otro pie, de manera que vaya avanzando. Trate de no
equilibrar el cuerpo extendiendo los brazos. Cuando logre estabilidad, realice
el ejercicio más velozmente y así de modo progresivo. Mínimamente, debería
poder desplazarse unos dos metros sin abrir los ojos. Tome nota de sus fallas
de equilibrio.
Serie 5. Parte emotiva del centro
motriz.
Como
se ha visto anteriormente, a lo largo de su vida, cualquier persona ha ido
formando malos hábitos en la estática y en la dinámica corporales. No obstante,
a fuerza de repetir ejercicios de corrección y de mantener las nuevas
posiciones aprendidas, los hábitos viciados pueden superarse
satisfactoriamente.
Veremos ahora, cómo los hábitos de
las posiciones y movimientos, pueden ser trabajados a fin de lograr una mayor
soltura, dominio y gracia en los movimientos. Estas prácticas son llamadas de
"contradicción motriz".
A.Siéntese como habitualmente lo
hace. Ahora asuma posturas de tal modo que ninguna de ellas coincida con las
habituales. Modifique varias veces tales posturas hasta que ninguna de ellas se
repita. Un recurso interesante es el de imitar a otras personas. Tome nota de
sus dificultades y perfeccione el ejercicio.
B.De pie. Camine como habitualmente
lo hace. Ahora camine de un modo totalmente desacostumbrado. Utilice el recurso
de imitar por ejemplo, a un anciano, un marinero, etc. Estudie las dificultades
de sustraerse a sus hábitos de movimiento. Tome nota y perfeccione repitiendo.
C. 1.° Tome asiento frente a una
mesa con los puños cerrados e índices extendidos (éstos se apoyan en la mesa).
2.° El índice izquierdo sube y baja, verticalmente, golpeando la mesa.
3.° El índice derecho se desplaza sobre la
mesa de izquierda a derecha y a la
inversa.
4.° Ambos movimientos se desincronizan. Posteriormente, se aceleran y
complican con dobles y triples golpeteos, etcétera.
D.Sentado con las manos sobre las
rodillas. Mano izquierda va a la nariz. Simultáneamente, mano derecha a oreja
izquierda. Ambas manos vuelven sobre las rodillas. Mano derecha a la nariz,
simultáneamente mano izquierda a la oreja derecha, etc. Repita acelerando los
movimientos cada vez.
E.
De pie. Mano derecha apoyada en el vientre. Mano izquierda sobre la cabeza.
Mientras desplaza la mano derecha en el sentido de las agujas del reloj, la
mano izquierda sube y baja sobre la cabeza en perfecto sentido vertical.
Invierta luego el giro de la mano derecha y continúe como en el momento
anterior. Cambie posteriormente el emplazamiento de ambas manos y proceda. Por
último, realice el mismo ejercicio, mientras mueve la cabeza de izquierda a
derecha y a la inversa.
F.Parado sobre un pie. La pierna que
queda sin apoyo, describe movimientos circulares, mientras ambos brazos se
alzan lateralmente a nivel horizontal de los hombros y luego caen.
Posteriormente, se alzan a la misma altura, pero hacia adelante. Se alterna la
pierna, etcétera.
G.
Efectuando el ejercicio anterior, agregue movimientos circulares de cabeza
tratando de mantener el equilibrio. Cuando domine esto, repita, pero cerrando
los párpados.
Tome
nota de las dificultades encontradas en cada ejercicio de esta serie. Repita
corrigiendo.
Serie 6. Parte Intelectual del
centro motriz.
Esta
es una serie que requiere inicialmente mucha atención, mucho
"cuidado" en los movimientos. Tiene la interesante cualidad de
perfeccionar la armonía y ritmo corporal en los desplazamientos.
A. De pie y con un libro sobre la
cabeza, camine lentamente manteniendo siempre las posturas correctas trabajadas
anteriormente.
B. Camine, siéntese, siempre con el
libro sobre la cabeza. Párese, dé gracilidad y velocidad a los movimientos.
C. De pie, gire sobre sí mismo.
Camine hacia adelante y hacia atrás. Desplácese lateralmente unos pasos a
derecha y luego hacia izquierda. Imprima velocidad creciente a sus movimientos.
Repita la serie varias veces. Tome nota.
Importante:
En esta lección, hay tres series con varios ejercicios cada una. Sintetice en
su cuaderno las observaciones que correspondan a cada serie y a los ejercicios
que le resultaron más difíciles. Tome resoluciones de practicar esos últimos,
hasta la próxima lección.
LECCION 4
Características del trabajo de los
centros. Centro emotivo.
A lo largo de las lecciones hemos
visto algunas características generales de los centros; veamos ahora algunas
otras y cuestiones que hacen a la relación de trabajo entre centros.
La
velocidad de los centros es decreciente en sentido ascendente. La velocidad
también disminuye en relación inversa a la atención. Entendemos por
"sentido ascendente" a la secuencia que va desde el vegetativo (más
veloz) hasta el intelectual. Esto vale
también para las partes de todos los centros que van desde la motriz (más
veloz) hasta la intelectual.
En
este esquema, la parte más lenta (y también la parte que requiere más atención)
es la intelectual del centro intelectual y,
la más veloz , la motriz del centro vegetativo.
De acuerdo a lo dicho, cuando se
pone atención intelectual a una emoción, ésta debe enlentecerse y cuando se
hace lo mismo con un movimiento corporal, debe suceder otro tanto. En la
práctica no es tan simple, ya que como veremos más adelante, son los centros
"inferiores" los que suelen gobernar a los "superiores" y
no a la inversa. En ese sentido, más fácil es modificar emociones por cambios
motrices (centro inferior con respecto al emotivo), que hacerlo desde el
intelecto. También sucede que las emociones negativas, bloquean al centro
intelectual en su trabajo y lo dinamizan cuando aquéllas son positivas.
Veamos ejemplos sobre el punto de
las velocidades de los centros. Una persona cruza la calle descuidadamente. En
eses momento, un automóvil que se desplaza velozmente, frena a pocos
centímetros de ella. Inmediatamente, ésta salta hacia un lado mientras registra
contracciones musculares más intensas en el lado expuesto al peligro. También
registra una tensión en el plexo solar.
Después
de esto, experimenta que su corazón se agita y su respiración se altera. Un
"frío" recorre su columna vertebral y sus piernas tiemblan (restos de
alteración motriz y emotiva por la anterior descarga de adrenalina en sangre).
Recién
al final de esa cadena de reacciones, que comienza con el salto hacia el
costado (respuesta motriz), sigue con la sensación de miedo (respuesta emotiva),
y considera lo que podría haber sucedido, en imágenes confusas, apretadas y
veloces (respuesta intelectual en su parte motriz).
Se
cierra todo el proceso cuando considera qué es lo que debe hacer dada la
situación (intelectual desplazándose de la parte motriz a la emotiva e
intelectual de dicho centro). Y, con ello, comienza una nueva cadena de
reacciones, o bien, se produce una parálisis total del sujeto como si los
centros hubieran quedado bloqueados, sin carga.
Si
en el momento previo al incidente, el centro sexual (caso particular del
vegetativo, como su colector y distribuidor de energía por todos los otros
centros), hubiera estado en movilización, ahora habría quedado sin energía
(consumo de su carga por sobreactividad de los otros).
Los centros tienen ciclos de carga y
descarga que son desiguales, pero que configuran el particular biorritmo de
cada persona. Esto se observa diariamente, cuando se reconoce que hay horas más
adecuadas que otras para el ejercicio de diferentes actividades. También en
plazos más largos puede verse cierta repetición de actividad mayor y menor en
todos los otros centros. En ese sentido, se pueden seguir ritmos diarios,
mensuales y hasta anuales.
Un centro (y también una parte y una
sub-parte) puede trabajar en negativo (succionando energía a otro) o en
positivo (dando energía a otro), hasta que finalmente se descarga.
Ningún
centro trabaja aislado, sino en estructura con los otros. En tal sentido, al
incorrecto trabajo de un centro, corresponderá un mal funcionamiento en los
otros, de distinta manera según que el centro considerado trabaje en sobrecarga
(desbordando a los más próximos), o en descarga excesiva (succionándolos), o
bloqueando el pasaje de energía de los otros.
Los
centros superiores sólo pueden actuar sobre los inferiores, por sus partes
motrices. Por ejemplo, las ideas
abstractas no pueden movilizar al centro emotivo o al motriz. En cambio, las
imágenes pueden activar emociones, movimientos corporales y a veces producir
modificaciones vegetativas.
Pasemos
ahora a trabajar con el centro emotivo.
Serie 7. Parte motriz del centro
emotivo.
Trataremos
de comprender cómo se liberan pequeñas pasiones por algunos estímulos y luego
recurriremos a algunos medios para dominar tales expresiones.
A. Colóquese frente a frente con
otro participante. Suavemente él empujará su cara hacia atrás, apoyándole una
mano en medio de su rostro. Observe que esa pequeña molestia puede convertirse
en indignación si se repite más violentamente el ejercicio. Cuando haya logrado
un cierto nivel de desagrado recomience el ejercicio, pero ahora tratando de
"desconectar" emotivamente al provocador que tiene adelante.
Explicaremos el ejercicio de
desconexión, que luego aplicará durante toda esta serie.
Mire
al otro un poco desde arriba, tratando de tensar los músculos que mueven a las
orejas desde atrás, hasta lograr que el otro tome características de
"objeto". Pruebe ahora nuevamente. Repita el ejercicio A, conectando
y experimentando la emoción desagradable conocida. Repita, pero desconecte.
Compare ambos estados. Puede acentuarse el efecto de la desconexión, asumiendo
una postura corporal correcta y realizando algunas respiraciones completas
rápidas. Repita varias veces el ejercicio hasta experimentar algún dominio, ya que
puede serle de suma utilidad en la vida cotidiana, frente a situaciones
particularmente molestas.
B.
Pida a los otros partícipes, que lo critiquen públicamente (no importa que las
apreciaciones sean injustas, ya que se trata de trabajar esas molestias emotivas
que movilizan pasiones, a veces descontroladas). Experimentada alguna molestia,
desconecte. Repita el ejercicio varias veces.
C. Súbase a una silla y cante a los
presentes un aire de moda o bien recite, o bien póngase en una situación en la
que experimente sensación de temor o de ridículo frente a su público.
Esfuércese por desconectar. Repita varias veces.
D. Estreche la mano de algún
partícipe y pídale a aquel que trate de hacerlo reír. Desconecte. Repita varias
veces.
Se
supone que los ejercicios de la presente serie se practican en un medio de
relación que excluye todo exceso o grosería. La idea es clara, no se trata de
excitar fuertes pasiones sino más bien de trabajar con las molestias emotivas
que están a la base de aquellas, manejando gradualmente el interesante sistema
de la desconexión. Trabaje la
desconexión en la vida diaria hasta la próxima lección, tomando nota en el
cuaderno sobre las dificultades encontradas.
Serie 8. Parte emotiva del centro
emotivo.
Trabajaremos ahora tratando de
modificar los hábitos emotivos, mediante prácticas de "contradicción
emotiva".
A. Ya conocemos la relación entre
estado de ánimo y postura corporal. Trabaje, entonces, asumiendo una postura de
tristeza total y diga las cosas lo más alegres que conciba. Mantenga esas
actitudes y procure sentir alegría. Ahora proceda a la inversa. Repita e
introduzca variantes. Tome nota.
B. Siéntese. Coloque ante su vista
un objeto que le sea indiferente. Imagínelo relacionado con algo trágico hasta
que experimente algunos sentimientos negativos. Luego, velozmente, imagine al
objeto relacionado con algo cómico. Observe si es capaz de producir
sucesivamente ambos estados de ánimo. De no ser posible, ayúdese asumiendo las
posturas corporales que están relacionadas con ellos. Recuerde que existe una
inercia de algunos minutos, hasta que la actitud moviliza la emoción
correspondiente. Repita varias veces, hasta que pueda cambiar con fluidez de la
óptica trágica a la cómica, con respecto al mismo objeto. Tome nota.
C. Recuerde alguna situación de su
vida caracterizada por un fuerte sentimiento negativo. Haga el esfuerzo de
seguirla recordando, pero aplicándole la óptica cómica. Refuerce el trabajo con
una correcta posición y una respiración completa. Repita varias veces. En todos
los casos, debe procurar experimentar las mismas emociones negativas que esas
escenas han evocado en otros momentos. Recién cuando logre ese estado, debe
cambiar la óptica y trabajarlo hasta que las emociones negativas pierdan carga.
Recuerde: en el momento del cambio de óptica, asuma una posición correcta y
respire bien. Repita varias veces, hasta comprobar que puede llegar a controlar
esos estados. Tome nota.
Trabaje a solas algunos sentimientos
negativos que le sean molestos por estar relacionados con personas, lugares,
situaciones, etc. Propóngase realizar ese ejercicio aunque fuera una vez por
día hasta la próxima lección.
Serie 9. Parte intelectual del
centro emotivo.
Estos
ejercicios movilizan la parte "intuitiva" del centro emotivo, cosa
que no es, por supuesto, tan sencilla. De todas maneras y alternándose con los
otros partícipes, realice:
A. Trate de comprender alguna parte
de la vida (de la que no debe tener ningún dato previo) de algún partícipe.
Descríbasela al interesado y pídale luego el grado de proximidad de su relato
con la situación real. Repita la experiencia con otros momentos de la vida, o
bien con referencia a situaciones que la otra persona le sugiera. Repita el
ejercicio con otras personas. Si todos los presentes hacen este ejercicio,
podrá comprobarse distinta capacidad intuitiva en cada uno. Se tendrá entonces,
por comparación, una idea de la propia aptitud en ese campo. Tome nota luego de
ejercitarse y compararse con otros.
B. Trate de captar qué cosas
representan los otros partícipes, sin que ellos le digan de qué se trata en
cada ocasión. Podrán representar animales, objetos, personajes, o bien
situaciones, pero sin palabra alguna. Cada vez que alguien haga de
"actor", el resto tratará de acertar. Verá en este ejercicio,
nuevamente, qué capacidad intuitiva desigual (o qué ejercicio intuitivo
desigual) hay entre las distintas personas. Esto también le servirá para
compararse y tener idea de su medida aproximada. Repita los ejercicios y tome
nota.
Importante: En esta lección hay tres series de
ejercicios. Interesa especialmente, ir ganando dominio de la técnica de desconexión. De todas
maneras, sintetice los resultados de las tres series y estudie cuales son sus
mayores dificultades. Propóngase trabajar la desconexión y la óptica con
respecto a emociones negativas, por lo menos hasta la próxima lección.
LECCION 5
Centro intelectual.
Serie 10. Parte motriz del centro
intelectual.
A.
Coloque un objeto delante de usted. Obsérvelo detenidamente en todos sus
detalles, tratando de memorizar perfectamente. Cierre los párpados. Trate de
evocarlo con la mayor fidelidad posible. Abra ahora los ojos y compare la
imagen recordada, con la percepción del objeto que tiene delante. Corrija
errores. Cierre nuevamente los párpados. Trate de recordar fielmente el objeto.
Ahora compruebe si la imagen tiene suficiente fuerza ("brillo"), si
se mantiene fija o aparece y desaparece y, por último, si es siempre la misma o
aparecen otras imágenes en reemplazo de la propuesta. Repita varias veces el
ejercicio y tome nota de los defectos en la conformación de sus imágenes.
Dado
el caso de que no aparezcan imágenes visuales en su representación, comprenda
que es por falta de ejercicio. También, en casos extremos, esto puede deberse a
algún bloqueo producido por algún acontecimiento grave ocurrido en su vida.
Esta suerte de "ceguera" de imágenes, puede corregirse por la
práctica sostenida de este mismo ejercicio. Si presta atención a sus sueños
verá que en ellos han aparecido imágenes visuales en más de una oportunidad,
por tanto, está en condiciones de poder trabajar con ellas. Repetimos que con
la ejercitación, estos defectos se corrigen. La ausencia de imágenes visuales
coincide a veces, con la sensación de "falta de conexión con el
mundo". Importa pues, el dominio de esta práctica. De todas maneras, hoy
se reconoce el predominio de un sistema de imágenes sobre otro en distintas
personas. Así, hay quienes son fuertemente auditivos o táctiles o kinestésicos
y su "ceguera" de imágenes visuales no les comporta problema
cotidiano alguno
B. Coloque dos objetos delante suyo.
Trabájelos del modo indicado en el ejercicio anterior. Posteriormente, "
borre" uno y deje sólo al otro en su representación. Proceda a la inversa.
Borre ambos y manténgase brevemente en una especie de "mente vacía".
Retome las representaciones e introduzca variantes. Tome nota.
Serie 11. Parte emotiva del centro
intelectual.
Efectuaremos
algunas prácticas en las que pueda verse el estado de nuestro interés o
adhesión intelectual. Hay personas a las que les cuesta interesarse por temas
intelectuales; hay otras, en cambio, que no pueden desadherirse,
"despegarse" de ellos. Por último, hay quienes quedan fijados a
ciertos temas de modo obsesivo.
A. Tome un libro. Lea en silencio
tratando de comprender al máximo. Ahora lea sin captar el significado, es
decir, como si paseara simplemente la vista por los renglones. Efectúelo
nuevamente, pero con la ayuda de otro partícipe. Este, cada cierto tiempo, dará
una palmada. Entonces, se conectará el significado de la lectura. A otra
palmada, se responderá leyendo desconectadamente. Repita y tome nota.
B. Efectúe la siguiente práctica de
"contradicción intelectual". Dos colaboradores se sentarán a sus
lados con sendos libros que tratarán temas completamente diferentes. Comenzarán
a leer en voz alta simultáneamente. En esa situación, trate de comprender la
lectura que menos le interesa, desconectando la más interesante. Luego proceda
a la inversa. Recomience, etc. Todo ello podrá hacerlo con mejores resultados,
si un tercer colaborador da palmadas cada tanto marcando de ese modo, el cambio
de actitud o de interés por una lectura u otra. Repita varias veces. Tome nota.
C. Del mismo modo que en el
ejercicio anterior, sólo que ahora tratará de entender los dos textos
simultáneamente. Terminado un período de lectura simultánea, trate de comentar
en voz alta todo lo que recuerde. Comprobará que su atención se dirigió mecánicamente
hacia el tema de mayor interés. Practique nuevamente hasta lograr cierta
simultaneidad en la atención sobre las dos lecturas, o por lo menos, cierta
alternancia que le permita luego reconstruir los dos textos sin mayor
predominio de uno sobre el otro. Repita varias veces y tome nota.
Serie 12. Parte intelectual del
centro intelectual.
Pondremos
ahora, en marcha, la parte del centro encargada de las abstracciones
intelectuales y de los mecanismos lógicos. La mejor forma de hacerlo es
enfrentando dificultades aparentemente insolubles. Ello nos permitirá
comprender nuestro orden y ajuste en el razonar.
A. Considere esta aporía clásica.
"Una flecha que ha sido disparada en un momento dado está donde está o
está donde no está. Lo segundo es imposible, luego la flecha está donde está...
Por lo tanto no se mueve". Comente en voz alta a los partícipes cual es su
razonamiento. Deje que los otros hagan lo mismo. No se preocupe tanto de la
solución sino del orden y precisión de los juicios y razonamientos. Tome nota.
B. Considere este paradoja de la
lógica moderna "En un lado de una tarjeta hay una proposición que dice:
'la proposición del otro lado es verdadera'. Al dar vuelta la tarjeta se lee:
'La proposición del otro lado, es falsa'. "Tenga en cuenta estas preguntas
y responda a ellas: ¿Puede ambas proposiciones ser falsas? ¿Pueden ser
verdaderas? ¿Es que una es falsa y la
otra verdadera? ¿Es que toda la paradoja es falsa? ¿Es que toda la paradoja es
verdadera? No importa la solución. Discuta en voz alta. Permita que cada
partícipe haga lo mismo. Observe la precisión y orden de los juicios y
razonamientos. Tome nota.
Importante: En esta lección hay tres series de
ejercicios. Es de interés que perfeccione sobre todo su sistema de imágenes. de
manera que si allí hubiera encontrado dificultades, deberá esmerarse en
superarlas a fuerza de repetir los ejercicios propuestos en la serie n.10.
LECCION 6
Perfeccionamiento atencional.
Una buena disposición para el
aprendizaje, una buena memoria, un aumento de la permanencia en los propósitos
y, en suma, el crecimiento de la capacidad de cambio, dependen de la
atención.
La serie de ejercicios que damos a
continuación es de suma importancia. Se basa en el trabajo de la atención
utilizando tareas motrices "pretextos", es decir, tareas que no
tienen importancia en si mismas, sino en tanto permiten el ejercicio de la
atención.
Generalmente, las tareas
"pretexto", no tienen utilidad en si mismas. Provocan fatiga corporal
y molestia emotiva, por cuanto repetir operaciones materiales de las que no se
obtiene ningún beneficio a la vista, es ciertamente desalentador. Sin embargo,
estas prácticas tienen mucho sentido si se las trabaja a fin de perfeccionar la
atención. Esta facultad irá perfeccionándose a medida que se sobreponga a la
fatiga motriz y a la molestia emotiva.
Demos un ejemplo. Si una persona
abre un pozo profundo y posteriormente lo tapa, realiza un trabajo
materialmente inútil. Conociendo el ejercicio, esa persona no pondrá mucho
interés en la perfecta ejecución de esa tarea. Sin embargo, el deporte
desinteresado y la gimnasia, trabajan aproximadamente de ese modo aún cuando
hay otros incentivos de por medio: competencia, beneficio físico, etcétera.
En los trabajos "pretexto"
no hay beneficio físico a la vista, ni existe el incentivo de la competencia.
Visto desde afuera, alguien que efectúa esas operaciones, muestra un
comportamiento absurdo. No así quien realiza un deporte o cualquier tipo de
gimnasia.
Serie 13. Atención simple.
Tome
diversos y numerosos objetos de la habitación y llévelos a un solo punto
apilándolos u ordenándolos del modo más perfecto posible. Una vez hecho esto,
devuélvalos exactamente a su punto de origen. Repita esta operación muchas
veces. Observe cómo la repetición y la fatiga van desmejorando su propósito y
cómo va desatendiendo, a medida que pasa el tiempo, a las ejecuciones de
movimientos perfectos.
Ese el esquema de un ejercicio
"pretexto". Podríamos utilizar otro como el mencionado anteriormente
(el del pozo). Por cierto que si se cuenta con una buena batería de tales
recursos, el trabajo se hará más interesante. También puede contribuir a esto,
el ambiente al aire libre en el que pueden efectuarse prácticas numerosas.
Tomando por base cualquier trabajo
pretexto, pasemos al ejercicio específico de la atención simple.
Se
efectuará el trabajo pretexto respetando al máximo las correctas posiciones
corporales aprendidas anteriormente, al tiempo que la atención esté dedicada
exclusivamente al trabajo que se efectúe. Para que la atención esté siempre
requerida, se evitarán los movimientos rítmicos o monótonos que llevarían a
pensar en otras cosas. Se comprende que serruchar, por ejemplo, es un ejercicio monótono, inadecuado como
trabajo pretexto.
Serie 14. División atencional.
Efectúe
diversos trabajos pretexto, siempre en perfecta actitud corporal, pero
atendiendo simultáneamente a la sensación de la pierna derecha y a lo que está
haciendo. Repita, pero con la pierna izquierda. Nuevamente, pero con la mano
derecha. Por último, con la mano izquierda. En todos los casos, con el mismo
trabajo pretexto.
Serie 15. Atención dirigida.
En
perfecta actitud corporal, efectúe varias veces el mismo trabajo pretexto, tratando
cada vez de poner más atención en sus movimientos. De este modo a la mayor
fatiga y consecuente disminución de la facultad atencional, se las enfrentará
con una mayor dirección de la atención. Por supuesto, que estamos hablando de
esfuerzos razonables y no de
superesfuerzos que llevan a un sufrimiento totalmente negativo. En estas cosas,
el sufrimiento no es formador sino deformante. Repita varias veces el
ejercicio, dirigiendo crecientemente su atención. Cuando la mecánica atencional
no responda adecuadamente, descanse plácidamente. Luego, retome de nuevo.
Importante: Trate en la vida diaria de poner
atención creciente a su trabajo cotidiano. En tal sentido, también las
ocupaciones cotidianas pueden convertirse en interesantes trabajos pretexto, útiles
para el desarrollo de la atención.
REVISION
1.
Estudie todas las notas tomadas lección por lección. Observe si se repiten las
dificultades en las mismas partes de distintos centros, por ejemplo, en las
emotivas.
2.
Haga un cuadro con los cuatro centros estudiados, en donde cada uno aparezca
dividido en sus tres partes. Sintetice en cada espacio en blanco sus
observaciones.
3. Teniendo en cuenta el cuadro,
saque conclusiones sobre sus dificultades.
4.
Tenga en cuenta ahora el defecto
mayor descubierto a lo largo de todas
las lecciones y propóngase trabajarlo hasta que quede superado. Fíjese plazos y
organice un cierto horario para practicar por su cuenta, sobre la base de los
mismos ejercicios que utilizara como test.
PRACTICAS SICOFISICAS
La gimnasia sicofísica lleva al
aumento del dominio sobre sí mismo en la vida diaria. Es un sistema de
prácticas de autocontrol y desarrollo integral. Tiende a restablecer el
equilibrio entre mente y cuerpo.
Hablar
de salud y fortaleza en el mejor de los sentidos, es hablar de equilibrio. Para
lograr esto, nada mejor que ejercitar al cuerpo y a la mente de modo
simultáneo.
Estos
trabajos no tienden a lograr un mayor desarrollo muscular, un aumento de
la resistencia o
agilidad corporal, como en
general si hacen el deporte y la gimnasia. Tampoco son técnicas modeladoras
corporales.
Los presentes ejercicios permiten al
practicante, mediante un sistema de test, comprender sus puntos de autodominio
más débiles. De este modo, si bien habrá de realizar todas las técnicas
propuestas, extraerá de ellas las que resulten de más difícil ejecución hasta lograr su dominio. He aquí el punto de
mayor importancia.
Recomendaciones.
1.
Realice los trabajos acompañado de otras personas.
2. Perfeccione las técnicas que haya
seleccionado como de más difícil ejecución y abóquese a ellas individualmente y
en momentos oportunos de la vida diaria. Cuando conozca los ejercicios,
comprenderá cuáles pueden ser esos momentos.
3.
Lleve en un cuaderno de notas todas sus
observaciones lección por lección.
LECCION 1
Posiciones corporales y estados
mentales.
Si
ha observado las posturas de una persona deprimida y de otra alegre,
comprenderá rápidamente la relación entre posiciones y estados mentales. Pero
he aquí un punto de máximo interés: así como el estado mental lleva al cuerpo a
posturas determinadas, la posición corporal induce estados mentales. A este
fenómeno lo estudiamos desde otro ángulo, en Relajación.
Distinguimos
dos fenómenos en cuanto a posiciones corporales: 1°. los estáticos (más generales):
de pie, sentado, acostado; 2°. los dinámicos (más generales): avances,
retrocesos, inclinaciones, cambios de marcha y movimientos de transición.
Serie 1. Estática corporal.
B. Póngase de pie, como
habitualmente lo hace. Imagine una línea que pasa verticalmente desde la cabeza
hasta el suelo. Comprenderá de inmediato si su cabeza está mal colocada, si el
pecho está hundido, el abdomen fuera de sitio, o el bajo vientre escondido (y
por tanto, los glúteos fuera de línea). No trate de corregir las malas
posiciones. Simplemente, tenga noción de ellas y memorice bien sus detalles.
Posteriormente, dibuje en el
cuaderno, y tal cual la imagina, su silueta vista de perfil. Marque los puntos
incorrectamente emplazados y comprenda qué debe corregir. Ahora hágalo: de pie
corrija todos los defectos. Verá que esto no es fácil ya que durante años ha
formado malos hábitos en sus posiciones.
Cuando
crea haber adoptado la posición correcta, colóquese de pie tratando de pegar
sus talones y espalda contra una pared. Observe y siga corrigiendo.
B.
Siéntese en una silla como lo hace habitualmente. Recurra a la línea imaginaria
y tenga noción de los errores de posición. Ahora corrija.
Por último, pegue los glúteos y la
espalda en el respaldo de su silla. Repita varias veces.
C.
Recuéstese. Afloje los músculos. Observe qué partes del cuerpo quedan en mala
posición o crean fuertes tensiones. Ponga atención en la posición de su cabeza
y espalda. Corrija. Repita varias veces.
Serie 2. Dinámica corporal.
A.
Camine como lo hace habitualmente. Observe los errores de posición. Camine
luego, tratando de mantener la postura correcta que fijó en el ejercicio
anterior.
B.
Camine, siéntese y levántese nuevamente, para retomar el andar. Haga todo eso
como acostumbra. Efectúe las mismas operaciones pero en base a las correcciones
del caso.
C. Manteniendo la postura adecuada,
abra y cierre una puerta. Observe si se "sale" de las posturas
correctas. Repita varias veces.
D.
Camine. Inclínese para tomar un objeto del suelo. Camine. Vuelva a inclinarse
para dejar el objeto. Observe si se "sale" de las posturas correctas.
Repita varias veces.
E.
Camine y luego salude a los partícipes. Converse brevemente con ellos. Camine
nuevamente. Observe en qué momentos se "sale" de las posturas
correctas. Repita varias veces.
Recomience
la lección y efectúe de nuevo lo propuesto en las series 1 y 2. Tome nota de sus observaciones. Llegue
a un acuerdo con los otros partícipes, en el sentido de corregirse mutuamente
en las futuras lecciones, cuando se observe en cualquiera malas posturas.
Importante:
Propóngase aplicar sus resoluciones en la vida
diaria hasta la próxima reunión.
LECCION 2
Trabajo de los centros. Tipos
humanos. Centro vegetativo.
Cuando
una persona sufre cambios emotivos, muchas cosas se alteran en su interior,
entre otras, su respiración. Cuando alguien se emociona, el corazón se agita y
la respiración se hace alta, la voz se entrecorta y también muestra cambios de
tono.
Ciertos estados internos, así como
están ligados a posturas corporales, también lo están a formas respiratorias
definidas.
Algunos
individuos que conocen estas relaciones, logran modificar sus estados de
ánimo negativos, asumiendo posturas adecuadas
o cambiando la forma respiratoria. No debe creerse que esas modificaciones se
logran instantáneamente. Todo sucede con un "retardo" de algunos
minutos... Expliquemos esto.
Si por alguna circunstancia, mi
estado emotivo es malo, esto llevará a que mis ideas se confundan, mis posturas
se hagan incorrectas y mi respiración sea deficiente. Puedo colocarme y hechar
a andar, según posturas corregidas que ya conozca. No obstante, el mal estado
mantendrá su inercia por un tiempo. Ahora bien, si mantengo la actitud corporal
adecuada, podré comprobar que a los pocos minutos, mi estado de ánimo empieza a
variar favorablemente.
Otro
tanto sucederá si controlo mi forma respiratoria. Previamente, sin embargo,
tendré que observar mi forma habitual y aprender a modificarla.
Se comprenderá más adelante que,
colocándose en las correctas posturas y manejando un buen sistema respiratorio,
las actividades intelectuales, emotivas y motrices, comienzan a desplegarse
equilibradamente. Este es, sin duda, un gran recurso, pero que requiere de
algunas explicaciones.
En
general, decimos que las actividades humanas están reguladas por centros
nerviosos y glandulares. Así, distinguimos:
A.
Centro intelectual: regula la elaboración de respuestas pensadas, la
relación entre estímulos distintos, la relación de datos y el aprendizaje.
B. Centro emotivo: regula los sentimientos y
emociones como respuestas a fenómenos internos y externos.
C. Centro motriz: regula la movilidad del individuo
y las operaciones corporales.
D. Centro vegetativo: regula la actividad interna del
cuerpo.
Los
centros trabajan con velocidad diferente, siendo el más lento el intelectual y
el más veloz el vegetativo. En general, un cambio vegetativo modifica el
funcionamiento de los otros centros que responderán a ese cambio con un poco
más de lentitud.
También actuando sobre el centro
motriz, puede modificarse las actividades emotiva e intelectual.
Cuando
hablamos de corrección de posturas corporales nos apoyamos en ese hecho.
Cuando, en cambio, hablamos de formas respiratorias adecuadas, nos apoyamos en
el centro vegetativo, para que éste modifique la actividad de los otros
centros.
Cada
persona tiende a trabajar más con un centro que con los otros: por ello se
puede hablar de tipos humanos intelectuales, emotivos, motrices y vegetativos
(o instintivos).
Con
los presentes trabajos, queremos lograr que todos los centros hagan su
ejercicio. Partiendo del centro vegetativo , lección por lección,
iremos poniendo en marcha a todos los otros. Cada estudiante podrá entonces,
comprender cuáles son los menos controlados por él y por tanto, sobre ellos
habrá de trabajar con mayor empeño.
Serie 3. Centro vegetativo.
Respiración completa.
Siéntese
correctamente en una silla. Cierre los párpados y afloje los músculos lo mejor
que pueda. Expulse todo el aire sin forzamientos. Luego saque, expanda la
barriga y, en esa postura, comience a aspirar el aire, procurando que la
sensación sea la de "llenar la barriga". Conserve el aire unos
instantes y expúlselo. A esta parte del ejercicio, se la llama
"respiración baja".
Una
vez dominadas las operaciones anteriores, pase desde la aspiración baja a
entrar el vientre, con lo que obtendrá la sensación de que el aire sube al
pecho (esto se refuerza dilatando la caja torácica, al empujar los hombros
hacia atrás). Conserve el aire unos instantes y expúlselo. A esta parte del
ejercicio se la llama "respiración media".
Finalmente, desde la barriga hasta
el pecho y desde allí hacia la parte alta del mismo, y hacia la garganta (esto
se refuerza bajando los hombros y estirando levemente el cuello). A esta parte
del ejercicio, se la llama "respiración alta".
Haga
ahora el ciclo completo de la respiración baja, media y alta con la misma
aspiración, lanzando el aire viciado al final del ejercicio.
Sintetizando:
Sentado correctamente cierre los
párpados y afloje los músculos, luego siga esta secuencia: expulsión del aire;
dilatación de la barriga; entrada baja del aire; subida hacia el centro del
pecho; subida a la parte alta; expulsión.
Al
principio, el ejercicio es discontinuo, pero con la repetición se va logrando
un ciclo armónico y continuado de entrada y salida de aire en los tres niveles
de los pulmones, que han trabajado íntegramente al concluir la práctica.
Cuide
que la respiración completa sea cada vez más suave, hasta que elimine todo
esfuerzo en su ejecución.
Importante:
Practique varias veces la respiración completa. Tome nota de sus dificultades y
propóngase trabajar el ejercicio en dos o tres momentos del día, hasta la
próxima lección. De acuerdo a los resultados obtenidos, verá si utiliza esta
forma respiratoria como ejercicio diario en el futuro, o si lo hace cuando
desee equilibrar su estado corporal y mental.
LECCION 3
Centros, partes y sub partes. Centro
motriz.
Veamos
cómo funcionan los distintos aspectos, las distintas "partes" de su
centro motriz. Pero antes, demos un esquema general de los centros para que
tenga una comprensión más clara de nuestro sistema de prácticas. Ya hemos
tocado globalmente al centro motriz, al corregir la estática y dinámica
corporales (series 1 y 2).
También, en general, hemos trabajado
el "tono" vegetativo, mediante la respiración completa. Con respecto
a este centro, no realizaremos ninguna otra práctica ya que el sistema general
de este, es involuntario. Comprendemos el metabolismo, la recomposición
orgánica, el rechazo por ciertas sustancias, el crecimiento, etc., como
funcionamientos no voluntarios del centro vegetativo.
Para
completar el esquema de los centros, digamos que así como cada uno admite
"partes", cada una de ellas comprende a "sub-partes".
Daremos un solo ejemplo. Para ello tomaremos al centro intelectual.
Si,
por ejemplo, imaginamos una casa y la imagen de la casa es débil (no tiene
"brillo"), es porque falta ejercicio en el elevador de la motricidad
del intelecto.
Ahora bien, si el "brillo"
es bueno, pero la imagen de la casa aparece y desaparece, decimos que falla el
mantenimiento, la conservación de la imagen que, se supone, debe quedar fija.
En tal caso, el adhesor de la motricidad del intelecto, es el que requiere
trabajo.
Por último, si al querer evocar la
imagen de la casa aparece otra imagen, o bien la casa se confunde con otro
objeto, decimos que falta trabajo en el selector de la motricidad del intelecto.
La
corrección de esas fallas (que en realidad se producen por falta de ejercicio),
se efectúa repitiendo a intervalos regulares el mismo ejercicio que sirvió de
test, pero ahora con el objeto de hacer trabajar de un modo sostenido esa parte
o sub-parte, hasta que adquiera nuevos hábitos.
Este
esquema de las sub-partes puede ser aplicado a todos los centros (con la
adecuación de cada caso), pero los ejercicios presentes trabajan simplemente a
nivel de partes.
Serie 4. Parte motriz del centro motriz
A. Hágase lanzar desde corta
distancia y con poca fuerza, una pelota muelle. Esquive. Pida que se repita la
operación, aumentando la velocidad. Observe su velocidad y precisión en el
esquive. Tome nota del manejo de sus reflejos.
B.
Siéntese en el piso. Pida a otro
partícipe, colocado atrás suyo, que en cualquier momento dé una fuerte
palmada. Responda al ruido súbito, poniéndose en pie lo más rápidamente que
pueda. Repita. Tome nota de su velocidad de respuesta.
C.
Colóquese en posición de iniciar una carrera (agachado: una pierna flexionada,
la otra más atrás y estirada, las manos en el suelo). Responda a la palmada de
su colaborador lo más velozmente posible, realizando el "arranque"
solamente, ya que no se trata de salir corriendo. Repita. Tome nota de su
velocidad de respuesta.
D.
De pie, cierre los ojos. Avance el pie izquierdo con respecto al derecho, de
tal maneras que el talón del primero toque la punta del segundo. Repita la
misma operación con el otro pie, de manera que vaya avanzando. Trate de no
equilibrar el cuerpo extendiendo los brazos. Cuando logre estabilidad, realice
el ejercicio más velozmente y así de modo progresivo. Mínimamente, debería
poder desplazarse unos dos metros sin abrir los ojos. Tome nota de sus fallas
de equilibrio.
Serie 5. Parte emotiva del centro
motriz.
Como
se ha visto anteriormente, a lo largo de su vida, cualquier persona ha ido
formando malos hábitos en la estática y en la dinámica corporales. No obstante,
a fuerza de repetir ejercicios de corrección y de mantener las nuevas
posiciones aprendidas, los hábitos viciados pueden superarse
satisfactoriamente.
Veremos ahora, cómo los hábitos de
las posiciones y movimientos, pueden ser trabajados a fin de lograr una mayor
soltura, dominio y gracia en los movimientos. Estas prácticas son llamadas de
"contradicción motriz".
A.Siéntese como habitualmente lo
hace. Ahora asuma posturas de tal modo que ninguna de ellas coincida con las
habituales. Modifique varias veces tales posturas hasta que ninguna de ellas se
repita. Un recurso interesante es el de imitar a otras personas. Tome nota de
sus dificultades y perfeccione el ejercicio.
B.De pie. Camine como habitualmente
lo hace. Ahora camine de un modo totalmente desacostumbrado. Utilice el recurso
de imitar por ejemplo, a un anciano, un marinero, etc. Estudie las dificultades
de sustraerse a sus hábitos de movimiento. Tome nota y perfeccione repitiendo.
C. 1.° Tome asiento frente a una
mesa con los puños cerrados e índices extendidos (éstos se apoyan en la mesa).
2.° El índice izquierdo sube y baja, verticalmente, golpeando la mesa.
3.° El índice derecho se desplaza sobre la
mesa de izquierda a derecha y a la
inversa.
4.° Ambos movimientos se desincronizan. Posteriormente, se aceleran y
complican con dobles y triples golpeteos, etcétera.
D.Sentado con las manos sobre las
rodillas. Mano izquierda va a la nariz. Simultáneamente, mano derecha a oreja
izquierda. Ambas manos vuelven sobre las rodillas. Mano derecha a la nariz,
simultáneamente mano izquierda a la oreja derecha, etc. Repita acelerando los
movimientos cada vez.
E.
De pie. Mano derecha apoyada en el vientre. Mano izquierda sobre la cabeza.
Mientras desplaza la mano derecha en el sentido de las agujas del reloj, la
mano izquierda sube y baja sobre la cabeza en perfecto sentido vertical.
Invierta luego el giro de la mano derecha y continúe como en el momento
anterior. Cambie posteriormente el emplazamiento de ambas manos y proceda. Por
último, realice el mismo ejercicio, mientras mueve la cabeza de izquierda a
derecha y a la inversa.
F.Parado sobre un pie. La pierna que
queda sin apoyo, describe movimientos circulares, mientras ambos brazos se
alzan lateralmente a nivel horizontal de los hombros y luego caen.
Posteriormente, se alzan a la misma altura, pero hacia adelante. Se alterna la
pierna, etcétera.
G.
Efectuando el ejercicio anterior, agregue movimientos circulares de cabeza
tratando de mantener el equilibrio. Cuando domine esto, repita, pero cerrando
los párpados.
Tome
nota de las dificultades encontradas en cada ejercicio de esta serie. Repita
corrigiendo.
Serie 6. Parte Intelectual del
centro motriz.
Esta
es una serie que requiere inicialmente mucha atención, mucho
"cuidado" en los movimientos. Tiene la interesante cualidad de
perfeccionar la armonía y ritmo corporal en los desplazamientos.
A. De pie y con un libro sobre la
cabeza, camine lentamente manteniendo siempre las posturas correctas trabajadas
anteriormente.
B. Camine, siéntese, siempre con el
libro sobre la cabeza. Párese, dé gracilidad y velocidad a los movimientos.
C. De pie, gire sobre sí mismo.
Camine hacia adelante y hacia atrás. Desplácese lateralmente unos pasos a
derecha y luego hacia izquierda. Imprima velocidad creciente a sus movimientos.
Repita la serie varias veces. Tome nota.
Importante:
En esta lección, hay tres series con varios ejercicios cada una. Sintetice en
su cuaderno las observaciones que correspondan a cada serie y a los ejercicios
que le resultaron más difíciles. Tome resoluciones de practicar esos últimos,
hasta la próxima lección.
LECCION 4
Características del trabajo de los
centros. Centro emotivo.
A lo largo de las lecciones hemos
visto algunas características generales de los centros; veamos ahora algunas
otras y cuestiones que hacen a la relación de trabajo entre centros.
La
velocidad de los centros es decreciente en sentido ascendente. La velocidad
también disminuye en relación inversa a la atención. Entendemos por
"sentido ascendente" a la secuencia que va desde el vegetativo (más
veloz) hasta el intelectual. Esto vale
también para las partes de todos los centros que van desde la motriz (más
veloz) hasta la intelectual.
En
este esquema, la parte más lenta (y también la parte que requiere más atención)
es la intelectual del centro intelectual y,
la más veloz , la motriz del centro vegetativo.
De acuerdo a lo dicho, cuando se
pone atención intelectual a una emoción, ésta debe enlentecerse y cuando se
hace lo mismo con un movimiento corporal, debe suceder otro tanto. En la
práctica no es tan simple, ya que como veremos más adelante, son los centros
"inferiores" los que suelen gobernar a los "superiores" y
no a la inversa. En ese sentido, más fácil es modificar emociones por cambios
motrices (centro inferior con respecto al emotivo), que hacerlo desde el
intelecto. También sucede que las emociones negativas, bloquean al centro
intelectual en su trabajo y lo dinamizan cuando aquéllas son positivas.
Veamos ejemplos sobre el punto de
las velocidades de los centros. Una persona cruza la calle descuidadamente. En
eses momento, un automóvil que se desplaza velozmente, frena a pocos
centímetros de ella. Inmediatamente, ésta salta hacia un lado mientras registra
contracciones musculares más intensas en el lado expuesto al peligro. También
registra una tensión en el plexo solar.
Después
de esto, experimenta que su corazón se agita y su respiración se altera. Un
"frío" recorre su columna vertebral y sus piernas tiemblan (restos de
alteración motriz y emotiva por la anterior descarga de adrenalina en sangre).
Recién
al final de esa cadena de reacciones, que comienza con el salto hacia el
costado (respuesta motriz), sigue con la sensación de miedo (respuesta emotiva),
y considera lo que podría haber sucedido, en imágenes confusas, apretadas y
veloces (respuesta intelectual en su parte motriz).
Se
cierra todo el proceso cuando considera qué es lo que debe hacer dada la
situación (intelectual desplazándose de la parte motriz a la emotiva e
intelectual de dicho centro). Y, con ello, comienza una nueva cadena de
reacciones, o bien, se produce una parálisis total del sujeto como si los
centros hubieran quedado bloqueados, sin carga.
Si
en el momento previo al incidente, el centro sexual (caso particular del
vegetativo, como su colector y distribuidor de energía por todos los otros
centros), hubiera estado en movilización, ahora habría quedado sin energía
(consumo de su carga por sobreactividad de los otros).
Los centros tienen ciclos de carga y
descarga que son desiguales, pero que configuran el particular biorritmo de
cada persona. Esto se observa diariamente, cuando se reconoce que hay horas más
adecuadas que otras para el ejercicio de diferentes actividades. También en
plazos más largos puede verse cierta repetición de actividad mayor y menor en
todos los otros centros. En ese sentido, se pueden seguir ritmos diarios,
mensuales y hasta anuales.
Un centro (y también una parte y una
sub-parte) puede trabajar en negativo (succionando energía a otro) o en
positivo (dando energía a otro), hasta que finalmente se descarga.
Ningún
centro trabaja aislado, sino en estructura con los otros. En tal sentido, al
incorrecto trabajo de un centro, corresponderá un mal funcionamiento en los
otros, de distinta manera según que el centro considerado trabaje en sobrecarga
(desbordando a los más próximos), o en descarga excesiva (succionándolos), o
bloqueando el pasaje de energía de los otros.
Los
centros superiores sólo pueden actuar sobre los inferiores, por sus partes
motrices. Por ejemplo, las ideas
abstractas no pueden movilizar al centro emotivo o al motriz. En cambio, las
imágenes pueden activar emociones, movimientos corporales y a veces producir
modificaciones vegetativas.
Pasemos
ahora a trabajar con el centro emotivo.
Serie 7. Parte motriz del centro
emotivo.
Trataremos
de comprender cómo se liberan pequeñas pasiones por algunos estímulos y luego
recurriremos a algunos medios para dominar tales expresiones.
A. Colóquese frente a frente con
otro participante. Suavemente él empujará su cara hacia atrás, apoyándole una
mano en medio de su rostro. Observe que esa pequeña molestia puede convertirse
en indignación si se repite más violentamente el ejercicio. Cuando haya logrado
un cierto nivel de desagrado recomience el ejercicio, pero ahora tratando de
"desconectar" emotivamente al provocador que tiene adelante.
Explicaremos el ejercicio de
desconexión, que luego aplicará durante toda esta serie.
Mire
al otro un poco desde arriba, tratando de tensar los músculos que mueven a las
orejas desde atrás, hasta lograr que el otro tome características de
"objeto". Pruebe ahora nuevamente. Repita el ejercicio A, conectando
y experimentando la emoción desagradable conocida. Repita, pero desconecte.
Compare ambos estados. Puede acentuarse el efecto de la desconexión, asumiendo
una postura corporal correcta y realizando algunas respiraciones completas
rápidas. Repita varias veces el ejercicio hasta experimentar algún dominio, ya que
puede serle de suma utilidad en la vida cotidiana, frente a situaciones
particularmente molestas.
B.
Pida a los otros partícipes, que lo critiquen públicamente (no importa que las
apreciaciones sean injustas, ya que se trata de trabajar esas molestias emotivas
que movilizan pasiones, a veces descontroladas). Experimentada alguna molestia,
desconecte. Repita el ejercicio varias veces.
C. Súbase a una silla y cante a los
presentes un aire de moda o bien recite, o bien póngase en una situación en la
que experimente sensación de temor o de ridículo frente a su público.
Esfuércese por desconectar. Repita varias veces.
D. Estreche la mano de algún
partícipe y pídale a aquel que trate de hacerlo reír. Desconecte. Repita varias
veces.
Se
supone que los ejercicios de la presente serie se practican en un medio de
relación que excluye todo exceso o grosería. La idea es clara, no se trata de
excitar fuertes pasiones sino más bien de trabajar con las molestias emotivas
que están a la base de aquellas, manejando gradualmente el interesante sistema
de la desconexión. Trabaje la
desconexión en la vida diaria hasta la próxima lección, tomando nota en el
cuaderno sobre las dificultades encontradas.
Serie 8. Parte emotiva del centro
emotivo.
Trabajaremos ahora tratando de
modificar los hábitos emotivos, mediante prácticas de "contradicción
emotiva".
A. Ya conocemos la relación entre
estado de ánimo y postura corporal. Trabaje, entonces, asumiendo una postura de
tristeza total y diga las cosas lo más alegres que conciba. Mantenga esas
actitudes y procure sentir alegría. Ahora proceda a la inversa. Repita e
introduzca variantes. Tome nota.
B. Siéntese. Coloque ante su vista
un objeto que le sea indiferente. Imagínelo relacionado con algo trágico hasta
que experimente algunos sentimientos negativos. Luego, velozmente, imagine al
objeto relacionado con algo cómico. Observe si es capaz de producir
sucesivamente ambos estados de ánimo. De no ser posible, ayúdese asumiendo las
posturas corporales que están relacionadas con ellos. Recuerde que existe una
inercia de algunos minutos, hasta que la actitud moviliza la emoción
correspondiente. Repita varias veces, hasta que pueda cambiar con fluidez de la
óptica trágica a la cómica, con respecto al mismo objeto. Tome nota.
C. Recuerde alguna situación de su
vida caracterizada por un fuerte sentimiento negativo. Haga el esfuerzo de
seguirla recordando, pero aplicándole la óptica cómica. Refuerce el trabajo con
una correcta posición y una respiración completa. Repita varias veces. En todos
los casos, debe procurar experimentar las mismas emociones negativas que esas
escenas han evocado en otros momentos. Recién cuando logre ese estado, debe
cambiar la óptica y trabajarlo hasta que las emociones negativas pierdan carga.
Recuerde: en el momento del cambio de óptica, asuma una posición correcta y
respire bien. Repita varias veces, hasta comprobar que puede llegar a controlar
esos estados. Tome nota.
Trabaje a solas algunos sentimientos
negativos que le sean molestos por estar relacionados con personas, lugares,
situaciones, etc. Propóngase realizar ese ejercicio aunque fuera una vez por
día hasta la próxima lección.
Serie 9. Parte intelectual del
centro emotivo.
Estos
ejercicios movilizan la parte "intuitiva" del centro emotivo, cosa
que no es, por supuesto, tan sencilla. De todas maneras y alternándose con los
otros partícipes, realice:
A. Trate de comprender alguna parte
de la vida (de la que no debe tener ningún dato previo) de algún partícipe.
Descríbasela al interesado y pídale luego el grado de proximidad de su relato
con la situación real. Repita la experiencia con otros momentos de la vida, o
bien con referencia a situaciones que la otra persona le sugiera. Repita el
ejercicio con otras personas. Si todos los presentes hacen este ejercicio,
podrá comprobarse distinta capacidad intuitiva en cada uno. Se tendrá entonces,
por comparación, una idea de la propia aptitud en ese campo. Tome nota luego de
ejercitarse y compararse con otros.
B. Trate de captar qué cosas
representan los otros partícipes, sin que ellos le digan de qué se trata en
cada ocasión. Podrán representar animales, objetos, personajes, o bien
situaciones, pero sin palabra alguna. Cada vez que alguien haga de
"actor", el resto tratará de acertar. Verá en este ejercicio,
nuevamente, qué capacidad intuitiva desigual (o qué ejercicio intuitivo
desigual) hay entre las distintas personas. Esto también le servirá para
compararse y tener idea de su medida aproximada. Repita los ejercicios y tome
nota.
Importante: En esta lección hay tres series de
ejercicios. Interesa especialmente, ir ganando dominio de la técnica de desconexión. De todas
maneras, sintetice los resultados de las tres series y estudie cuales son sus
mayores dificultades. Propóngase trabajar la desconexión y la óptica con
respecto a emociones negativas, por lo menos hasta la próxima lección.
LECCION 5
Centro intelectual.
Serie 10. Parte motriz del centro
intelectual.
A.
Coloque un objeto delante de usted. Obsérvelo detenidamente en todos sus
detalles, tratando de memorizar perfectamente. Cierre los párpados. Trate de
evocarlo con la mayor fidelidad posible. Abra ahora los ojos y compare la
imagen recordada, con la percepción del objeto que tiene delante. Corrija
errores. Cierre nuevamente los párpados. Trate de recordar fielmente el objeto.
Ahora compruebe si la imagen tiene suficiente fuerza ("brillo"), si
se mantiene fija o aparece y desaparece y, por último, si es siempre la misma o
aparecen otras imágenes en reemplazo de la propuesta. Repita varias veces el
ejercicio y tome nota de los defectos en la conformación de sus imágenes.
Dado
el caso de que no aparezcan imágenes visuales en su representación, comprenda
que es por falta de ejercicio. También, en casos extremos, esto puede deberse a
algún bloqueo producido por algún acontecimiento grave ocurrido en su vida.
Esta suerte de "ceguera" de imágenes, puede corregirse por la
práctica sostenida de este mismo ejercicio. Si presta atención a sus sueños
verá que en ellos han aparecido imágenes visuales en más de una oportunidad,
por tanto, está en condiciones de poder trabajar con ellas. Repetimos que con
la ejercitación, estos defectos se corrigen. La ausencia de imágenes visuales
coincide a veces, con la sensación de "falta de conexión con el
mundo". Importa pues, el dominio de esta práctica. De todas maneras, hoy
se reconoce el predominio de un sistema de imágenes sobre otro en distintas
personas. Así, hay quienes son fuertemente auditivos o táctiles o kinestésicos
y su "ceguera" de imágenes visuales no les comporta problema
cotidiano alguno
B. Coloque dos objetos delante suyo.
Trabájelos del modo indicado en el ejercicio anterior. Posteriormente, "
borre" uno y deje sólo al otro en su representación. Proceda a la inversa.
Borre ambos y manténgase brevemente en una especie de "mente vacía".
Retome las representaciones e introduzca variantes. Tome nota.
Serie 11. Parte emotiva del centro
intelectual.
Efectuaremos
algunas prácticas en las que pueda verse el estado de nuestro interés o
adhesión intelectual. Hay personas a las que les cuesta interesarse por temas
intelectuales; hay otras, en cambio, que no pueden desadherirse,
"despegarse" de ellos. Por último, hay quienes quedan fijados a
ciertos temas de modo obsesivo.
A. Tome un libro. Lea en silencio
tratando de comprender al máximo. Ahora lea sin captar el significado, es
decir, como si paseara simplemente la vista por los renglones. Efectúelo
nuevamente, pero con la ayuda de otro partícipe. Este, cada cierto tiempo, dará
una palmada. Entonces, se conectará el significado de la lectura. A otra
palmada, se responderá leyendo desconectadamente. Repita y tome nota.
B. Efectúe la siguiente práctica de
"contradicción intelectual". Dos colaboradores se sentarán a sus
lados con sendos libros que tratarán temas completamente diferentes. Comenzarán
a leer en voz alta simultáneamente. En esa situación, trate de comprender la
lectura que menos le interesa, desconectando la más interesante. Luego proceda
a la inversa. Recomience, etc. Todo ello podrá hacerlo con mejores resultados,
si un tercer colaborador da palmadas cada tanto marcando de ese modo, el cambio
de actitud o de interés por una lectura u otra. Repita varias veces. Tome nota.
C. Del mismo modo que en el
ejercicio anterior, sólo que ahora tratará de entender los dos textos
simultáneamente. Terminado un período de lectura simultánea, trate de comentar
en voz alta todo lo que recuerde. Comprobará que su atención se dirigió mecánicamente
hacia el tema de mayor interés. Practique nuevamente hasta lograr cierta
simultaneidad en la atención sobre las dos lecturas, o por lo menos, cierta
alternancia que le permita luego reconstruir los dos textos sin mayor
predominio de uno sobre el otro. Repita varias veces y tome nota.
Serie 12. Parte intelectual del
centro intelectual.
Pondremos
ahora, en marcha, la parte del centro encargada de las abstracciones
intelectuales y de los mecanismos lógicos. La mejor forma de hacerlo es
enfrentando dificultades aparentemente insolubles. Ello nos permitirá
comprender nuestro orden y ajuste en el razonar.
A. Considere esta aporía clásica.
"Una flecha que ha sido disparada en un momento dado está donde está o
está donde no está. Lo segundo es imposible, luego la flecha está donde está...
Por lo tanto no se mueve". Comente en voz alta a los partícipes cual es su
razonamiento. Deje que los otros hagan lo mismo. No se preocupe tanto de la
solución sino del orden y precisión de los juicios y razonamientos. Tome nota.
B. Considere este paradoja de la
lógica moderna "En un lado de una tarjeta hay una proposición que dice:
'la proposición del otro lado es verdadera'. Al dar vuelta la tarjeta se lee:
'La proposición del otro lado, es falsa'. "Tenga en cuenta estas preguntas
y responda a ellas: ¿Puede ambas proposiciones ser falsas? ¿Pueden ser
verdaderas? ¿Es que una es falsa y la
otra verdadera? ¿Es que toda la paradoja es falsa? ¿Es que toda la paradoja es
verdadera? No importa la solución. Discuta en voz alta. Permita que cada
partícipe haga lo mismo. Observe la precisión y orden de los juicios y
razonamientos. Tome nota.
Importante: En esta lección hay tres series de
ejercicios. Es de interés que perfeccione sobre todo su sistema de imágenes. de
manera que si allí hubiera encontrado dificultades, deberá esmerarse en
superarlas a fuerza de repetir los ejercicios propuestos en la serie n.10.
LECCION 6
Perfeccionamiento atencional.
Una buena disposición para el
aprendizaje, una buena memoria, un aumento de la permanencia en los propósitos
y, en suma, el crecimiento de la capacidad de cambio, dependen de la
atención.
La serie de ejercicios que damos a
continuación es de suma importancia. Se basa en el trabajo de la atención
utilizando tareas motrices "pretextos", es decir, tareas que no
tienen importancia en si mismas, sino en tanto permiten el ejercicio de la
atención.
Generalmente, las tareas
"pretexto", no tienen utilidad en si mismas. Provocan fatiga corporal
y molestia emotiva, por cuanto repetir operaciones materiales de las que no se
obtiene ningún beneficio a la vista, es ciertamente desalentador. Sin embargo,
estas prácticas tienen mucho sentido si se las trabaja a fin de perfeccionar la
atención. Esta facultad irá perfeccionándose a medida que se sobreponga a la
fatiga motriz y a la molestia emotiva.
Demos un ejemplo. Si una persona
abre un pozo profundo y posteriormente lo tapa, realiza un trabajo
materialmente inútil. Conociendo el ejercicio, esa persona no pondrá mucho
interés en la perfecta ejecución de esa tarea. Sin embargo, el deporte
desinteresado y la gimnasia, trabajan aproximadamente de ese modo aún cuando
hay otros incentivos de por medio: competencia, beneficio físico, etcétera.
En los trabajos "pretexto"
no hay beneficio físico a la vista, ni existe el incentivo de la competencia.
Visto desde afuera, alguien que efectúa esas operaciones, muestra un
comportamiento absurdo. No así quien realiza un deporte o cualquier tipo de
gimnasia.
Serie 13. Atención simple.
Tome
diversos y numerosos objetos de la habitación y llévelos a un solo punto
apilándolos u ordenándolos del modo más perfecto posible. Una vez hecho esto,
devuélvalos exactamente a su punto de origen. Repita esta operación muchas
veces. Observe cómo la repetición y la fatiga van desmejorando su propósito y
cómo va desatendiendo, a medida que pasa el tiempo, a las ejecuciones de
movimientos perfectos.
Ese el esquema de un ejercicio
"pretexto". Podríamos utilizar otro como el mencionado anteriormente
(el del pozo). Por cierto que si se cuenta con una buena batería de tales
recursos, el trabajo se hará más interesante. También puede contribuir a esto,
el ambiente al aire libre en el que pueden efectuarse prácticas numerosas.
Tomando por base cualquier trabajo
pretexto, pasemos al ejercicio específico de la atención simple.
Se
efectuará el trabajo pretexto respetando al máximo las correctas posiciones
corporales aprendidas anteriormente, al tiempo que la atención esté dedicada
exclusivamente al trabajo que se efectúe. Para que la atención esté siempre
requerida, se evitarán los movimientos rítmicos o monótonos que llevarían a
pensar en otras cosas. Se comprende que serruchar, por ejemplo, es un ejercicio monótono, inadecuado como
trabajo pretexto.
Serie 14. División atencional.
Efectúe
diversos trabajos pretexto, siempre en perfecta actitud corporal, pero
atendiendo simultáneamente a la sensación de la pierna derecha y a lo que está
haciendo. Repita, pero con la pierna izquierda. Nuevamente, pero con la mano
derecha. Por último, con la mano izquierda. En todos los casos, con el mismo
trabajo pretexto.
Serie 15. Atención dirigida.
En
perfecta actitud corporal, efectúe varias veces el mismo trabajo pretexto, tratando
cada vez de poner más atención en sus movimientos. De este modo a la mayor
fatiga y consecuente disminución de la facultad atencional, se las enfrentará
con una mayor dirección de la atención. Por supuesto, que estamos hablando de
esfuerzos razonables y no de
superesfuerzos que llevan a un sufrimiento totalmente negativo. En estas cosas,
el sufrimiento no es formador sino deformante. Repita varias veces el
ejercicio, dirigiendo crecientemente su atención. Cuando la mecánica atencional
no responda adecuadamente, descanse plácidamente. Luego, retome de nuevo.
Importante: Trate en la vida diaria de poner
atención creciente a su trabajo cotidiano. En tal sentido, también las
ocupaciones cotidianas pueden convertirse en interesantes trabajos pretexto, útiles
para el desarrollo de la atención.
REVISION
1.
Estudie todas las notas tomadas lección por lección. Observe si se repiten las
dificultades en las mismas partes de distintos centros, por ejemplo, en las
emotivas.
2.
Haga un cuadro con los cuatro centros estudiados, en donde cada uno aparezca
dividido en sus tres partes. Sintetice en cada espacio en blanco sus
observaciones.
3. Teniendo en cuenta el cuadro,
saque conclusiones sobre sus dificultades.
4.
Tenga en cuenta ahora el defecto
mayor descubierto a lo largo de todas
las lecciones y propóngase trabajarlo hasta que quede superado. Fíjese plazos y
organice un cierto horario para practicar por su cuenta, sobre la base de los
mismos ejercicios que utilizara como test.