sábado, 23 de julio de 2016

El frasco de la Calma de Montessori

Enviado por Sonia Muñiz



EL FRASCO DE LA CALMA DE MONTESSORI


El frasco de la calma de MONTESSORI es una técnica de desarrollo personal que facilita enormemente el autocontrol de las emociones. Es ideal para niños entre 2 y 5 años, aunque se puede utilizar a cualquier edad.
Se trata de un frasco transparente con purpurina que os mostraremos cómo diseñar más abajo.

BENEFICIOS:

-Los niños todavía no han adquirido el suficiente desarrollo lingüístico para definir sus emociones. El frasco de la calma es una analogía de la agitación y la calma emocional.
-Estimula la autonomía y la creatividad.
- Facilita la organización y centralización del sistema nervioso. Mientras se observa el movimiento de la purpurina enlenteciéndose se crea un modelo visual análogo al emocional e inconscientemente el cerebro disminuye la agitación. Es decir, contribuye a autocontrolar el ritmo cardíaco, la respiración y, como consecuencia, los pensamientos y la agitación motora.
-Capta su atención y favorece la concentración.
-En definitiva, ayuda a reencontrar la tranquilidad.
Hay que tener en cuenta que cada niño responde y reacciona de manera distinta. No es un método infalible que funcione en todos los casos. Mientras que a algunos niños les resulta útil en pleno descontrol emocional, otros necesitarán recurrir a él antes de que la intensidad sea incontrolable, es decir, como método de prevención.
Como cualquier técnica requiere de cierta práctica y es importante saber aplicarla.



ALGUNAS PAUTAS:

√Se trata de que el niño colabore y contribuya a construir el frasco de la calma. Llevándolo a cabo como una actividad lúdica y cuando el niño esté receptivo. La experiencia debe ser placentera y positiva. Puede elegir él los colores de la purpurina, ayudar a remover los ingredientes...

√Una vez que tenemos hecha la manualidad le explicamos la analogía del instrumento con sus emociones y lo que pretendemos hacer con él. Siempre en tono relajado, cordial, interactivo y sencillo, adaptándolo a su edad y capacidad de entendimiento. Por ejemplo:

  -"Qué pasa si agitamos mucho el frasco?"
  -"Brilla mucho"
  -"Sí, porque la purpurina se mueve mucho. Lo mismo que cuando nos pasan cosas que no nos gustan o que nos gustan mucho y entonces no paramos de llorar o nos enfadamos mucho o estamos muy muy contentos. La purpurina se mueve tanto que no sabemos hacia donde se va a mover, como nosotros por dentro cuando nos agitamos"

Aquí le podemos preguntar qué emociones fuertes recuerda, cómo se sintió, qué lo provocó, cómo reaccionó... Se trata de analizar e identificar e interiorizar lo que le estamos explicando. No de juzgar lo que nos cuente.

  -"Y qué podemos hacer para que la purpurina se calme?" " Qué pasa si dejamos el frasco en reposo?"
  -"El brillo se mueve cada vez más lento hasta que se queda quieto"
  -"Y es bonito verlo?"
  -"Sí"
  -"Precioso! Pues la próxima vez que nos sintamos agitados podemos coger el ‘frasco mágico‘ y ver qué pasa. Lo agitamos una o varias veces y lo miramos sin más. Te parece?"

√El movimiento de la purpurina representa los pensamientos, emociones y el comportamiento impulsivo. Se trata de observar y esperar, de tener un recurso para poder tranquilizarnos.

√Los adultos también podemos utilizar nuestro propio frasco o pedírselo prestado al niño. Nos puede resultar útil y, además, vamos a servir de ejemplo para que se anime a utilizarlo. Es esperable que, poco a poco y si la técnica le resulta útil, el niño recurra a él cuando sus emociones estén alteradas.

√No se trata de una imposición, ni de un castigo. No sirve de nada ordenarle que se quede quieto mirándolo. Sí que podemos recordarle que tenemos este recurso cuando veamos que están alterados, mostrárselo, pero siempre que sea él el que acceda a hacer el ejercicio sin obligarlo.

√Una vez que accede le podemos dar una pequeña instrucción en tono tranquilo como "Ahora vamos a quedarnos sentados mirando el frasco para calmarnos. Nos quedamos en silencio y respiramos profundamente y despacio. Miramos la purpurina. Nada más"

√Cuando se tranquilice podemos hablar con él y buscar soluciones o alternativas, ya que la técnica ayuda a calmar los síntomas, pero no trabaja sobre la causa. Reforzamos también lo que ha hecho bien, como por ejemplo, recurrir al frasco de la calma y autocontrolarse.

√Tenemos que tener en cuenta que las emociones afloran y todas tienen su utilidad. Hay que aprender a gestionarlas y, si a los adultos muchas veces nos cuesta hacerlo, a un niño más. Por eso el frasco de la calma es un gran regalo para él.



COMO CREAR UN FRASCO DE LA CALMA:

Materiales:

-Un bote de plástico (o cristal) transparente con tapa del tamaño apropiado para que el niño pueda manejarlo fácilmente.
-1 o 2 cucharadas de pegamento transparente con purpurina mejor
-3 o 4 cucharaditas de purpurina. También podemos incluir estrellitas, lentejuelas o lo que se nos ocurra.
-Champú transparente
-Glicerina líquida (en farmacias o droguerías). Opcional
Una gota de colorante alimentario. Opcional
-Agua caliente
-Pegamento fuerte o silicona para sellar el frasco
Rellenar el frasco con agua caliente hasta algo menos de la mitad.
Echar el colorante y remover. Luego el pegamento hasta que tenga un aspecto más denso, cuanto más pegamento más despacio se moverá la purpurina.
Remover y añadir el champú y la glicerina para crear varias densidades y fluya de distinta forma y a diferente velocidad. Volvemos a remover.
Añadimos la purpurina de uno o varios colores y llenamos el frasco con más agua, dejando un dedo de aire para que podamos agitar bien el contenido.
Finalmente sellamos la tapa con pegamento fuerte o silicona. Y listo!

Sugerencia: los colores influyen en nuestro estado de ánimo. No es recomendable el color rojo. Sí los azules, púrpuras, plateados, etc.

No dudéis en preguntarnos cualquier duda y si os animáis nos gustaría que nos comentéis vuestra experiencia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario